El pueblo volvió a elegir. Hoy sentimos que hay un poquito más de esperanza de las que había ayer.
Sé que les cuesta entendernos, ¿cómo? nos preguntan ¿cómo pueden volver a votar a esos que se robaron todo, que tienen causas judiciales, que dejaron al país peor de lo que estaba?
La verdad es que cuando uno pasa hambre, no puede darse el lujo de votar a quien pensas que es mejor persona. Votamos porque necesitamos un Estado presente y activo, necesitamos esas políticas para sentir que se puede avanzar, votamos, porque su neoliberalismo, a nosotros, nos hizo más pobres.
Te pido, solo por esta vez, que salgas de esa burbuja de comodidad y odio. Dejame contarte lo que es ir a comprar un paquete de fideos para tus hijos, que un mes te salga 35 pesos, el mes siguiente 50 y hoy lo terminas pagando 100 pesos. Así con todo. Lo único que no aumenta, es tu sueldo. Siete mil netos al mes. Setenta paquetes de fideos.
No me hablen de no querer trabajar. Cuando están cerrando fabricas todos los días, cuando el desempleo crece exponencialmente, cuando de viatico se gasta 2000 pesos por semana.
No tienen idea.
No vieron a mi mamá llorándole al de Edenor para que no nos corte la luz, porque a ella, con su sueldo de empleada domestica no le alcanzaba para pagar. Y que encima después de eso, el gobierno decidió sacarles sus aportes para la jubilación.
Y no me hagas hablar de los jubilados, que trabajaron toda su vida para que en tan poco tiempo, le hicieran todos los recortes posibles. Y después, cuando salieron a la calle a reclamar. La policía de ese mismo Estado que los esta hambreando, salga a reprimirlos.
Los invito a caminar por las escuelas públicas del barrio, que se caen a pedazos y donde los docentes trabajan por dos pesos al mes, pero cuando hacen paro, porque la plata no les alcanza ni para comprarles fotocopias a los chicos, "es porque no quieren laburar"
Nosotros no podemos votar a ese gobierno que manda a la policía a sacar los puestitos en la calle, que reprime a los manteros. Que no solo los deja sin trabajo, también los deja sin posibilidades.
Votamos así, porque necesitamos volver a creer. No votamos por quienes son ellos, por sus nombres, por sus apellidos. Votamos porque necesitamos de políticas públicas, un Estado presente que nos escuche, que nos vea.
Nosotros somos trabajadores, somos docentes, somos jubilados, somos vendedores ambulantes, somos empleadas domesticas, somos estudiantes. Somos mayoría, y por eso elegimos.
Lo personal es político. Y la patria, es el otro.
lunes, 28 de octubre de 2019
miércoles, 9 de octubre de 2019
II. Una carta al niño fugaz
Hay tantas cosas que me molestan de esta situación pero, sin duda, la que más me duele, es que no dependa de mí.
Si fuera mi decisión, ya estaría durmiendo entre tus brazos como si nada pasara; porque si hay algo que hago siempre, es perdonar a las personas que quiero; porque me gusta verlas crecer y aprender, mucho más de lo que valoro mi propio orgullo.
No me importaría mandar todo a la mierda, solo por un beso tuyo en este momento.
Pero la realidad es otra, mi idealización esta demasiado alejada de este mundo.
Es que sos vos, son tus acciones espantosas y tus malas decisiones que son innegables, que me golpean cada vez que me acerco, es tu violenta manera de existir de la que ya nada puedo cambiar, la que esta completamente envenenada.
Me es imposible siquiera recordarte con cariño porque la persona que decidiste ser me intoxica y me lastima con su simple presencia en mi cabeza.
Es que no puedo hacer nada al respecto porque lo que yo extraño realmente no existe más, se desintegro en un segundo, no tuve tiempo ni de asimilarlo, que ya se había ido, todo lo que construí se destruyo en un abrir y cerrar de ojos.
Ahora estoy sola acostada en mi cama extrañando a la nada misma; y ese vacío me retuerce el estomago y me da vuelta toda la cabeza.
No sé qué hacer, necesito desintoxicarme rápido, casi con la misma velocidad en la que caí en esta historia romántica que termino siendo ficción.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)