Después de meses de levantarse a las seis de la mañana para buscar trabajo, de correr de acá para allá, de que nunca sea suficiente, de que nunca alcance. Micaela escuchó las palabras mágicas "Estas contratada"
Salió de la oficina de su futuro jefe sintiéndose completa.
Ya se imaginaba pagandole el gas a sus viejos para que por fin pudieran bañarse con agua caliente, o comprándole el danonino a Benja que siempre se lo pedía en voz baja cuando pasaban por el chino.
Por primera vez en su vida, iba a poder dormir tranquila.