domingo, 9 de abril de 2023

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 Actualmente leyendo a Milena Busquets: Las palabras justas, dice ella.

Sabía, a primera vista, que era de esos libros que me iban a dar ganas de escribir. Todo lo que leo de una manera u otra me inspira una idea, una inquietud, un eco que resuena, que me enciende algo. Pero hay algunos, algunas, escritoras que narran su día a día, sus pensamientos mientras repiten su rutina, sus emociones sobre las situaciones más complejas, sus inquietudes frente a lo más simple; como hizo García Robayo o Natalia Moret, que me empujan a hablarme a mí misma, a escribir para descubrirme, para que cada día, aunque parezca uno igual al otro, sea diferente, en la asfixia de la monotonía demuestre los miles de pensamientos distintos que me pasan por la cabeza, quién soy verdaderamente, la que siente, la que sobrepiensa, la que sufre, la que ama, pero más importante, la que escribe.

En la casa de mi madre, con mis perros. Me invade la ambigüedad de "sentirme en casa" o no. Me mude sola hace a penas dos meses, después de vivir acá por más de diez años. Es como si fuera mi casa, pero hace rato ya no se siente mi hogar. Mi madre, que lo es todo, me agasaja como a una invitada, notarlo me deja flotando en la nada. Es y no es.

Hoy a la madrugada le escribí "te amo" a una persona que no amo. Aunque quiera restarle importancia, solo es algo que se dice, que se responde a una historia, que se repite. Las palabras que elijo para con los demás dibujan la imagen que pocas veces sé reflejar, de quién soy. Para mí, que me alimento de esto, las palabras son mi peso, son escenciales en mi vida, son determinantes. Pero después de todo ¿qué decirle? ¿qué decirles? A esas personas que me abrazan todos los días, que me hacen reír, que me pasan un mate, que me preguntan sobre mi día. "Te quiero mucho" suena más apropiado, pero no me suena orgánico, no me es natural. Solo sé caminar sobre los limites, habitar en los extremos: es amor o es nada, no hay tal intermedio. Cómo voy a decir que te quiero si no estoy dispuesta a amarte.

"La euforia silenciosa. Solo pido quedarme en este instante hasta el final de la eternidad. Nada más. Me quedaré aquí tranquila, sin molestar a nadie, no invadiré ciudades, ni crearé imperios, no diré nada."

Mi mamá cocina canelones, mi hermano descansa (por fin) después de tantos días de guardia. Mis perros se recuestan abajo del sol. Yo escribo. Todo esta en orden, más que nunca. Abrazo este presente como si ya fuera un recuerdo en el que me voy a refugiar en otros tiempos que todavía no llegaron.

Es domingo, felices pascuas.