domingo, 13 de agosto de 2023

Naufragio

 El país se prende fuego, en cada rincón, en cada pueblito. Pero yo solo pienso en ese mensaje tuyo que no llega, que pasan las horas, pasan los días y no llega.

Le pregunto a mi mamá a los gritos ¿Pero no me extraña? ¿Cómo es posible? No puedo pensar en otra cosa, no puedo despensarlo. Hablo, me río, leo, duermo. Pero en realidad solo estoy existiendo hilada a la idea de tu mensaje, de que donde sea que estés me estes pensando.

¿Por qué me pasa esto, todas las veces? ¿Qué te tiene tan asustado? Cuando las últimas palabras que me dijiste en persona fueron "te quiero" ¿Qué manera de querer son estas? ¿Las de mantenerme en el loop de esa frase?

Hay tantas cosas que me gustaría confesarte, por cada una de esas veces que me preguntaste en qué pensaba y no sabía cómo responderte, porque al serte brutalmente honesta podía dañarnos, romper eso que a penas se estaba construyendo.

Cómo explicarte, sin exponer mis cicatrices, que sos el primero en tantas pequeñas grandes cosas en mis largos veinticinco años. Estos eternos años, en los que dormía soñando con mi habitación propia, con la creación de mi bunker, de un refugio para mi soledad.

Que fuiste el primero en entrar a mi casa, en dormir en mi cama, en comer de mi mesa. Pero mucho más que eso, el primero al que le cocine, que le di mis llaves, que le compartí una cerveza en el balcón. Que todo esto que para vos es el simple hecho de conocer a alguien, para mí significa exponer hasta lo más profundos de mis deseos, de cada noche que dormí añorando por este lugar, mi lugar.

¿Y qué hago con todo esto, mi amor? Vos, que lo sabes todo pero sos la única persona que no se lo puedo preguntar. 

Amor, se termina el mundo ¿No me vas a hablar? ¿No me dijiste que me querias?