Asciendo hacia el camino de la locura, intentando avanzar, no caer en el pozo de la soberbia. Dejándome sorprender, quizás por primera vez, tal vez la última.
Me guían mis poetas suicidas, no conozco el miedo. Somos alimento de la incertidumbre. Mis compañeras y yo, rumbo a lo desconocido.
Mis pies se desangran, se descosen, soy una ex forma humana. Algo parecido al recuerdo de nuestros lentes (¿o eran dientes?) chocando, una y otra vez cada vez que intentábamos besarnos. Me desarmo y eso no me detiene. ¿No serás demasiado autoreferencial?
Este país que me duele en todo el cuerpo, no hay aire que respirar solo ácido. Reina la violencia y el Estado nos abandona. No podría escapar aunque pudiera, esto lo llevo en la sangre. Mi persona es ese puño, el símbolo de la lucha pero ya no más el paso en la avenida.
Todo lo que sé sobre el cariño quedo flotando en un mate de Almagro. Soy esta transición, perdóname por jurarte la eternidad de mi amor efímero. Perdóname, si podes. Yo todavía no lo hago.