miércoles, 30 de abril de 2025

 Yo te acepto que llamemos a esto una tregua, amor.


Hablar a veces sobre el clima o cómo estuvo nuestro día, sin profundizar mucho, por las dudas. Si nos sentimos más osadas, hasta conversar sobre el pasado. Pero ya no hay futuro y las dos lo sabemos.


La vida nos demuestra una y otra vez que estamos destinadas a crecer separadas, pero nuestro corazón no lo aguanta, siempre se le escapa un mensaje o una lágrima. Estas mujeres que somos con cimientos de niña abandonada, con cicatrices de promesas incumplidas, no permitimos dejarlo ir. Gritamos desde la oscuridad, que solo por esta vez, algo se quede. 


miércoles, 16 de abril de 2025

C II

Es la segunda vez que intento escribir esto, sin gritar, sin patalear, sin llorar.

Me acuerdo perfectamente el momento en que te jure mi amor eterno. Fue en el baño de nuestro primer puerca, nuestra primera salida (de a tres). No sé cuantos tequilazos íbamos, pero sé que antes de entrar me agarraste la campera y después vigilaste la puerta como hacen las amigas, ahí supe que eras una de ellas, de las personas que me sabían antes siquiera de que yo me percatara, me di cuenta de que estabas siendo inclusive antes de que yo te bautizara. Así ocurren los amores inolvidables, sin esperarlo.

Desde ese momento ya no lleve la cuenta. Fuimos sí, la una para la otra. La charla interminable e ininterrumpida, por días, meses. Mi verdadera compañera, de almuerzos, de risas, de llanto. La única que era mi certeza, todo lo demás se desvanecía.

Ese día que fue el peor de todos, tu único mensaje ¿entramos juntas? entrelazadas como una sola, doliendo como una sola. Abrazadas en frente de él, la verdadera despedida, hasta que agotada me acosté en tu cama a llorar y vos, siempre vos, estuviste ahí para ofrecerme una ducha caliente y el abrazo salvador. Otra vez conociéndome, sabiendo lo que necesitaba sin decirlo. Nos comunicábamos con la mente o con la mirada.

Hubo un pequeño gran tiempo en que pensé que estaba enamorada de vos, ahora estoy segura. De eso me di cuenta en el 34, alguna noche que volvíamos cantando vas a quedar como Ali o tal vez, ese día después de los mil fernet y las mil batallas, que sin conseguir asiento nos sosteníamos la una a la otra, yo te besaba las mejillas, la frente, la nariz, confesándote "te amo, te amo, te amo"

Mi amiga de herida abierta, cómo es que la mía sigue a carne viva y la tuya ya haya cicatrizado ¿te la maquillaste? Perdí la habilidad de leerte y en tu momento de brillar te olvidaste de mirarme.

Que injusto es que venga a reclamar algo después de haber tomado una y otra vez la elección que más te moleste, que más te lastime. Y me repito como un mantra que las amigas verdaderas no deberían hacerte llorar (tantas veces) Pero qué vamos a saber nosotras de eso, después del duelo, después de el abandono definitivo.

Yo escribo porque no sé hacer otra cosa con mi dolor. Esta noche, que me descubro fuera de tu vista, voy a confesarte que de todos los corazones rotos, el tuyo es el único del que prometo recuperarme. Algún día vas a dejar de dolerme, voy a perdonarme y a perdonarte. Te prometo, bajo estas estrellas del olvido, que este no es el final.

Desde la distancia sigo repitiendo te amo, te amo, te amo.

viernes, 11 de abril de 2025

Perdón

Cocinándome la cena, por primera vez en mi nuevo hogar. Escucho la playlist que me hizo Pau, donde sigue agregando canciones, me pregunto cuanto tardará en olvidarme (no quiero ser muy egoísta, solo espero que no sea tan pronto) Yo le dije "cualquier cosa sabes donde encontrarme" acá, intentando esconderme del mal, convertirme en agua, ser otra persona, o mejor, no ser.

Me queda el resto de sus besos en las pupilas, no estoy tan pura, todavía me alimento de los recuerdos.

A penas paso más de una semana. También le respondo a Alan, en un eterno de todo lo que hubiera podido ser si tan solo yo fuera otra persona.

Pero estoy acá y la vida por fin es hermosa. El tiempo no paso, pero ya tengo la certeza de que no hay vuelta atrás. Me asusta porque ya sé todo lo que va a suceder. No las nimiedades, pero si que mi crecimiento es abismal, que estando sola me encuentro.

Perdón ma, yo también te extraño. Y te confieso que por primera vez no siento la necesidad de estar en otro lugar.

Ya no puedo escribir, tome demasiado vino, es que no tengo la compañía de nadie esta noche, más que todos mis fantasmas que no dejan de festejarme y ojala pudieran abrazarme porque para sorpresa de nadie hace demasiado frío en este sur.

Alguna vez fui un intento de poeta, ahora ya no sé ni hablar, a penas puedo decir algo. Apenas puedo existir. Espérame, por favor mi amor, ya vuelvo.