sábado, 7 de junio de 2025

Corazón de luna

Me antepongo a mi dolor como si eso atenuara el golpe que me tiene de rodillas.

Le confesé el vértigo que me causaba cada vez que decía "Tengo miedo de que te vayas" ¿A dónde? le preguntaba. Pero no le dije que ya estoy tan lejos, que nos separa una materialidad inamovible y cientos de kilómetros. ¿No ves que somos solo espejismos de nosotras mismas? ¿Cómo no te das cuenta, mi amor, que no existimos?

Cada una siendo el tormento de la otra. Yo, obligada a amarla estrictamente solo con palabras, todas y cada una de las veces que desearía narrarla con mis manos. Y ella con su hermosura cristalina, atrapada en la jaula de mi pantalla, reducida a una realidad que me fue negada.

Hay veces que le confieso sobre mis cicatrices abiertas y no le gusta. No quiere saber de todas aquellas personas que amé. Quiere que seamos solo nosotras dos, que nos orbitemos sin tocarnos por la eternidad. Me dice "Voy a estar queriéndote hasta que te parezca prudente confiar en mi" pero yo sé que me miente. 

Tengo la certeza que al final de los tiempos me va terminar maldiciendo, por promesas sin cumplir y besos que nunca llegaron a destino. Llegará el día que no le sea suficiente mi idea ni mi voz. Su cuerpo me va a reclamar suspirando hacia el vacío hasta percatarse que no soy real, ni ahora ni en el futuro. No estoy y no voy a estar (aunque quisiera)

Tendrá que crecer exorcizándose de mi nombre por este cariño fantasmal que me sobrevive. El duelo interminable por una familia que no nació.

Yo lo atravieso de la única manera que sé, guardándome su delicadeza en el bolsillo para las noches famélicas, asfixiando su magia antes que llegue el silencio. Ese que tarde o temprano nos va a ahorcar, al que solo se lo puede vencer con más silencio. Desapareciendo atrás de su sombra, siguiendo su huida de mi como testigo condenada.

¿Cómo solo tres o cinco noches de ternura nos trajeron a estos meses de desidia? Si lo hubiera sabido. Si ella supiera de todas mis pequeñas traiciones ¿sería menos o más doloroso? No hay salida, mi amor, perdón. Te advertí que no me siguieras hasta acá, por algo lo llaman el fin del mundo.

Yo puedo vivir extrañándola pero no me perdono ser quién rompe ese corazón de luna que me puso en las manos. ¿Cómo se hace?



viernes, 30 de mayo de 2025

Oasis

 Hablo de vos como una epifanía aunque seas mi presente constante.

Jamás voy a poder acostumbrarme a esta belleza, mencionarte sin sonreír atontada no-creyente de la fantasía que me envuelve, que me recuerda día tras día, lo mucho que vale la pena estar acá y ahora. El resto se aleja y vos no haces más que acercarte abriéndote camino con ternura y luz hacia mi pecho, donde espero pasar el resto de mi vida anidada, en tu calidez de sol naciente.

Resignificando al amarillo, ya no más como el color de la espera, de la transición, de lo que llega yéndose. Lo convertís en promesa cumplida, en el desenlace dorado que me bendice, preparándome para el siguiente acto de bautismo 

que es verte desnuda.

Arrodilladas rodeando tus sonidos de virgen sanadora andamos las almas cansadas de tanta búsqueda, admiramos tu silencio bullicioso, tu decir sin palabras donde crece ese lenguaje que se nos cuela hasta los huesos, que nos endereza. Erguidas hacia el cielo, finalmente dejamos de preguntarnos, no porque encontremos las respuestas sino porque entendemos que el desconocimiento es más rico y generoso que la sabiduría inventada por los hombres.

Aprendí a rezarte con la mirada cada vez que te encuentro iluminándome. Solo te pido dos segundos más de los que soy capaz de aguantar, conocer esa ínfima agonía que me quiebra los limites para poder, sola pero bajo tu consentimiento, caer hacia al reverso del mundo. Transformar ese impacto de meteorito en el big bang diario que me expande hacia tu nacimiento.


sábado, 17 de mayo de 2025

Partes de una mujer

 No consigo dormir, tengo una mujer atravesada entre los párpados.

Eduardo Galeano


Todos quedan maravillados cuando te vas (pero en la presencia mucho más), la sensación de verte pasar como a una estrella fugaz mientras yo te señalaba festejando "ella es mi sol de cada día". Amor es verte reír como una confesión a gritos de toda la poesía escondida, mientras la ciudad llora. El vino te brilla en los ojos pero el futuro te roba las palabras. Únicas testigos: la luna y yo. Busco en la punta de mis dedos algún indicio de haberte tocado, un resto de cenizas, un ardor que me queme. Serte testigo, una última vez.

"Mi miedo más grande es quedarme sin patria" confesé. Para esa Navidad me regalaste las llaves de tu casa, invitándome a ser eternas, a gobernar juntas un país, un hogar, una cama. A veces una necesita un lugar donde nada puede fallar, ese lugar para mí, sos vos. Me respondiste con tu frente alta y el rostro esculpido por alguna diosa olvidada. Mi princesa indiscutida, toda la vida y toda la poesía guardada en tus bolsillos de mar. Todavía tengo tu foto pegada en la heladera, todavía me alimento de tu persona.

Virginia le escribió a Vita "Palabra de honor: como te movías/ la noche que te fuiste" ¿Te movías en los sexual o porque te estabas yendo? ¿O ambas ciertas y simultáneas? Como vos me enseñaste a habitar las contradicciones. El movimiento juntas y el movimiento de alejarse son igual de excitantes. 

No me acostumbro a ver la lluvia desde otro lado que nos sea tu mirada. Me consuela imaginarme el día que te vuelva a besar, sostener tu felicidad en mis manos, acariciarla. Volver como se vuelve a la casa de la infancia, al calor de un hogar, a los brazos de mi amada.

domingo, 4 de mayo de 2025

Caída libre


 

Me duele el cuerpo como si hubiera sido aplastada por todo el abandono, como si tu ausencia no fuera el agujero negro que suponía sino, más bien, la gravedad de las infinitas galaxias colapsando acá, justo acá, en el medio de mi pecho, en la sangre de mi boca.

Por qué si yo, después de tantos saltos al vacío, decido resguardarme, soy egoísta. Pero vos, evitando el dolor de quererme ¿sos una revolucionaria?

¿Cómo puedo luchar, si estoy muerta? ¿Cómo salvarnos, si ya no existo? ¿No te contaron de lo peligroso que era andar por la ciudad con el corazón en la mirada y el alma partida en cada brazo?

Mi última suplica: no te despidas jurándome el final, repitiendo sin parar, para que entienda, para que me quede claro que no voy a ser tu persona, que no soy la elegida, no soy la excepción; no me hagas la escena de un adiós definitivo para volver al día siguiente a decir que me extrañas. Si sabias que me tomaba tus palabras como huérfana frente a una copa de vino, como verdad absoluta. ¿Cuánto más puedo alejarme? Si estoy a un paso del olvido.

Amor, mírame a mí, no a este precipicio que nos sucede. ¿Si o no? Porque llevo un rato cayendo, me pedís que te espere pero me desarmo con el viento, me despellejan estas piedras, me muero de sed ¿Dónde estás?

Me pregunto si quedará como el último bastión de recuerdo solo la desilusión de tus ojos, por la eternidad entera. 

miércoles, 30 de abril de 2025

 Yo te acepto que llamemos a esto una tregua, amor.


Hablar a veces sobre el clima o cómo estuvo nuestro día, sin profundizar mucho, por las dudas. Si nos sentimos más osadas, hasta conversar sobre el pasado. Pero ya no hay futuro y las dos lo sabemos.


La vida nos demuestra una y otra vez que estamos destinadas a crecer separadas, pero nuestro corazón no lo aguanta, siempre se le escapa un mensaje o una lágrima. Estas mujeres que somos con cimientos de niña abandonada, con cicatrices de promesas incumplidas, no permitimos dejarlo ir. Gritamos desde la oscuridad, que solo por esta vez, algo se quede. 


miércoles, 16 de abril de 2025

C II

Es la segunda vez que intento escribir esto, sin gritar, sin patalear, sin llorar.

Me acuerdo perfectamente el momento en que te jure mi amor eterno. Fue en el baño de nuestro primer puerca, nuestra primera salida (de a tres). No sé cuantos tequilazos íbamos, pero sé que antes de entrar me agarraste la campera y después vigilaste la puerta como hacen las amigas, ahí supe que eras una de ellas, de las personas que me sabían antes siquiera de que yo me percatara, me di cuenta de que estabas siendo inclusive antes de que yo te bautizara. Así ocurren los amores inolvidables, sin esperarlo.

Desde ese momento ya no lleve la cuenta. Fuimos sí, la una para la otra. La charla interminable e ininterrumpida, por días, meses. Mi verdadera compañera, de almuerzos, de risas, de llanto. La única que era mi certeza, todo lo demás se desvanecía.

Ese día que fue el peor de todos, tu único mensaje ¿entramos juntas? entrelazadas como una sola, doliendo como una sola. Abrazadas en frente de él, la verdadera despedida, hasta que agotada me acosté en tu cama a llorar y vos, siempre vos, estuviste ahí para ofrecerme una ducha caliente y el abrazo salvador. Otra vez conociéndome, sabiendo lo que necesitaba sin decirlo. Nos comunicábamos con la mente o con la mirada.

Hubo un pequeño gran tiempo en que pensé que estaba enamorada de vos, ahora estoy segura. De eso me di cuenta en el 34, alguna noche que volvíamos cantando vas a quedar como Ali o tal vez, ese día después de los mil fernet y las mil batallas, que sin conseguir asiento nos sosteníamos la una a la otra, yo te besaba las mejillas, la frente, la nariz, confesándote "te amo, te amo, te amo"

Mi amiga de herida abierta, cómo es que la mía sigue a carne viva y la tuya ya haya cicatrizado ¿te la maquillaste? Perdí la habilidad de leerte y en tu momento de brillar te olvidaste de mirarme.

Que injusto es que venga a reclamar algo después de haber tomado una y otra vez la elección que más te moleste, que más te lastime. Y me repito como un mantra que las amigas verdaderas no deberían hacerte llorar (tantas veces) Pero qué vamos a saber nosotras de eso, después del duelo, después de el abandono definitivo.

Yo escribo porque no sé hacer otra cosa con mi dolor. Esta noche, que me descubro fuera de tu vista, voy a confesarte que de todos los corazones rotos, el tuyo es el único del que prometo recuperarme. Algún día vas a dejar de dolerme, voy a perdonarme y a perdonarte. Te prometo, bajo estas estrellas del olvido, que este no es el final.

Desde la distancia sigo repitiendo te amo, te amo, te amo.

viernes, 11 de abril de 2025

Perdón

Cocinándome la cena, por primera vez en mi nuevo hogar. Escucho la playlist que me hizo Pau, donde sigue agregando canciones, me pregunto cuanto tardará en olvidarme (no quiero ser muy egoísta, solo espero que no sea tan pronto) Yo le dije "cualquier cosa sabes donde encontrarme" acá, intentando esconderme del mal, convertirme en agua, ser otra persona, o mejor, no ser.

Me queda el resto de sus besos en las pupilas, no estoy tan pura, todavía me alimento de los recuerdos.

A penas paso más de una semana. También le respondo a Alan, en un eterno de todo lo que hubiera podido ser si tan solo yo fuera otra persona.

Pero estoy acá y la vida por fin es hermosa. El tiempo no paso, pero ya tengo la certeza de que no hay vuelta atrás. Me asusta porque ya sé todo lo que va a suceder. No las nimiedades, pero si que mi crecimiento es abismal, que estando sola me encuentro.

Perdón ma, yo también te extraño. Y te confieso que por primera vez no siento la necesidad de estar en otro lugar.

Ya no puedo escribir, tome demasiado vino, es que no tengo la compañía de nadie esta noche, más que todos mis fantasmas que no dejan de festejarme y ojala pudieran abrazarme porque para sorpresa de nadie hace demasiado frío en este sur.

Alguna vez fui un intento de poeta, ahora ya no sé ni hablar, a penas puedo decir algo. Apenas puedo existir. Espérame, por favor mi amor, ya vuelvo.