Hoy me siento bien. No estoy triste, no tuve un mal día, no me paso nada malo.
Sin embargo yo sé que estoy en un pozo, me siento en constante caída, y más que nada sé que esta vez, estoy sola.
Es que hay una infelicidad externa con la que lucho todos los días que ya conozco, entonces me repito que el cambio está en mi mi misma, y salgo; voy a la plaza, voy al gimnasio, voy al cine, me compro maquillaje, me compro ropa, leo poesía, salgo con mis amigas, escucho música nueva, tomo mucha agua, e intento ser mi mejor versión. A esa siempre sé como vencerla, como controlarla, como alejarla de mí.
Pero este peso en el pecho, esta infelicidad interna que crece adentro, que no veo, que desconozco, que no se va. Con esta ya no sé que hacer.
Y me es tan difícil aceptar que después de veinte años, sigo sin conocerme totalmente a mí misma. Sigo sin poder solucionarme. Como me molesta cuando no soy auto suficiente.
Estoy completa, estoy sana. Todas las veces que me hice (hicieron) pedazos ya se volvieron cicatrices, cada una de mis partes está en su debido lugar. Me siento más yo que nunca.
Pero estoy gastada, y sin brillo, sin colores, sin amor a nada. Y eso es muy raro de mí.
¿Cómo se cura el alma? No logro descifrarlo, no puedo salir de este lugar oscuro en el que me metí, no sé cómo avanzar. Y eso me desespera, sentir que estoy estancada y que pierdo tiempo me enloquece.
Y miro el cielo, y miro el río, pero hoy no me llenan como lo hacían.Yo sé que ellos no fueron los que cambiaron, entonces fui yo. ¿Qué está mal?
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