Ahora me toca a mí. Consumo tantas palabras todo el tiempo, que a veces me olvido que también es mi lenguaje. Que yo también puedo.
Esta nublado; es el día de la memoria. Hoy no es un feriado, es una declaración, una decisión. Hace cinco años recorrimos la ex ESMA con el grupo de "jovenes y memoria" de mi colegio; y cada paso, cada historia, cada espacio se me metió dentro de los huesos, crecí con ese enojo, esa tristeza, esa indignación que me hace intolerante a la falta de consciencia con el tema, no puedo permitirlo, me interpela la existencia. Por todos los muertos y desaparecidos en dictadura, nunca más.
Gracias a Milagros descubrí una página para intercambiar libros. Publiqué algunos que estaban dormidos en mis estantes hace años y otros con historias que no quería encerrar en mi biblioteca. Estoy aprendiendo a permitirme quedarme con los autores pero soltar lo material. La idea del movimiento, de darles un camino, la oportunidad de ser leídos por otros ojos, reinventarse, hacer fluir a la literatura, además de darme el espacio al futuro, a quién voy a ser, a mis propios intercambios. me fascina. Tengo diez libros nuevos que al mismo tiempo ya fueron tomados y leídos por otras personas, además de su contenido tienen historia en las marcas de café, las hojas dobladas, los sellos, las palabras subrayadas. Aldana, con quién solo nos mandamos un par de mails para acordar el lugar y la hora donde encontrarnos, además de tres libros, cuando me dio la bolsa me dijo "te puse, también, unos tesitos que a mí me gustan"; la miro a esta chica que nunca vi en mi vida y probablemente nunca más vuelva a ver, pienso "¿cómo podré devolverte el detalle, el cariño que me estas trasmitiendo?"; espero que disfrute los libros que yo le di, espero que con letras poder devolverle esa calidez que me hizo sentir.
Me anote a tres materias de la facultad, como siempre al principio me encuentro muy expectante y positiva. Tengo que estudiar y eso a mis problemas de procrastinación ya le esta pesando. El trabajo, que ahora es mi lugar, generó una discordia con el estudio, con los horarios. Nunca es fácil para nosotros que tenemos que hacer las dos cosas juntas para sobrevivir. Tuve que decidir cual era mi prioridad, aunque alejarme de la comodidad que me da el entorno de mi laburo me rompe el corazón voy a seguir eligiendo estudiar, aprender y las metas gigantes. No quiero soltarlo y no voy a hacerlo hasta que me lo pidan, pero que experiencia tan hermosa.
Sentados en una cafetería cerca del río le confieso a Leo lo que me estuvo dando vueltas por la cabeza estos últimos días "vos decís que en teoría es poético plantar un árbol antes de morirse pero que en lo práctico te parece ridículo, eso es algo en lo que siempre vamos a diferir, para mi vivir por el arte es lo más puro y por eso solo vale la pena morir si es por la poesía, por lo romántico, por el amor."
En un rato tengo que ir a Ballester a intercambiar un librito más.
Espero que llueva, hoy es un día para la introspección y la memoria, para el arte, para el café, para escapar de la rutina y recordar nuestra humanidad.