sábado, 9 de septiembre de 2017

212 días

Una vez leí que uno de los factores más crueles de nuestra vida es el tiempo, ya que no discrimina en dolores y alegrías, en corazones rotos, ni siquiera en nacimientos y muertes; sigue pasando indiferentemente a nuestra existencia, al mismo ritmo, con esa monotonía que nos abruma. Pero, me declaro culpable de ser de esos, que a pesar de tener todos los fundamentos en contra, siguen pensando que el tiempo es relativo; porque, mi amor, hace años estoy sentada acá escribiendo sobre vos y tu sonrisa, pero solo hace doscientos doce días que comenzó nuestra historia (sin tener en cuenta la vida entera que tuvimos de prólogo).
Dejame explicarte, yo no secciono mis tiempos en años, mi reloj biológico se divide en vidas, y éstas a su vez, se van separando por cada cosa que amé realmente. Por ejemplo, comenzar de que era un bebé no tiene sentido, porque no lo recuerdo. Mi memoria empieza a funcionar a partir de los nueve años más o menos, cuando por primera vez sentí amor puro por algo que yo había elegido, ahí empieza una vida; así iniciaban y finalizaban los ciclos mientras cambiaban mis pasiones y aficiones.
Por eso vos, ahora, sos una parte tan importante para mí, sos el inicio de una de mis vidas favoritas.
Volviendo un poco a esta realidad cuantitativa que nos rodea. Son cinco mil ochenta y ocho horas unidos por un título, que no cambia nada, porque las etiquetas son otro invento de las personas que nada tiene que ver con el amor.
Me gustaría tenerte acá al lado mío, porque siempre el momento donde más me inspiro es entre tus brazos.
Pocas cosas me motivan tanto como compartir cientos de vidas con vos; que seamos nosotros los escépticos respecto al tiempo, que tengamos nuestro propio calendario que no distinga estaciones ni feriados.
Eternas gracias por esto, por la medicina de tus labios que me cura los miedos, por detener este mundo que me agobia con tanto movimiento, por combinarte con la lluvia para entregarme toda la paz que necesito, por hacerme llorar de felicidad, y por volverme a elegir cada día, a pesar de todo.

Te amo por esta vida y espero que por muchas más. 

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