Intentando encontrarle respuesta a todo, como siempre. Llegue a la conclusión que vos sos el big bang de toda mi persona, cómo fuiste evolucionando en distintos aspectos de mi vida para inconscientemente siempre estar presente.
Odio estar presa de este resentimiento. Sufro más que vos por no poder perdonarte, pero es que no soy yo la que tiene que hacerlo; es esa nena de ocho años a la que le rompiste el corazón incontables veces; y ella ya no está.
Me quede yo sola con esta tormenta dentro mío que destruye todo lo bueno, perpetuandome a lo dañado, a lo roto. Como si ésta alma tan estropeada pudiera salvar algo, salvar a alguien.
Después de años y años de entendimiento, de crecer, de tratar de superarte. Termino siendo igual que vos. Tantas idas y vueltas en una historia que termina siendo un puto circulo.
Toda esta tristeza que me recorre por las venas, las hago disolverse en alcohol cada fin de semana. Y todo lo que amo, es casi tan incurable como nosotros dos.
Te amo tanto, que después de todo ese dolor y toda la angustia; te sigo buscando en otras personas, en otras formas; pero nunca logro escaparme.
Es él, o sos vos, o es el otro; no importa porque acaba siendo todo lo mismo. Las desilusiones, las peleas, el amor incondicional, el veneno.
No puedo salir de este ciclo porque es parte de lo que soy; quizás por eso prefiero salvar a todo el mundo antes de fallar intentado salvarme a mí.
Desde que nací hasta el día de hoy tengo esta obsesión con todo lo que está corrompido, por ahí estoy buscando esas partes que me faltan, intentando sentirme completa de alguna manera.
Ahora entiendo, que quizás cuando logre perdonarte, finalmente dejarte ir; es en ese momento en el que voy a comenzar mi propio camino.
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