La mayoría de las veces que leo a mis autoras favoritas, que seguramente son la de todos, Woolf, Pizarnik, Vilariño. Aunque también con las que son más personales como Patti Smith o Lucia Berlin. Encuentro en ellas una pulsión de escritoras que nace inclusive antes de que fueran conscientes de su propia persona, de quienes querían ser.
Alejandra escribe a sus 19 años "lo confesaré aunque me tenga que morir llorando, solo diré la verdad, que es ésta: ya no quiero vivir, yo quiero un interés obsesivo por dos cosas: los libros y mi poesía" entiendo que no hay ni habrá nadie como ella, que vivía solamente porque quería escribir. Pero Idea también dijo "Este papel mi vida.." y en esas cuatro palabras justificaba su existencia entera.
Yo, por otro lado, me siento culpable por no tener ese hambre de escribir. Sí lo tengo por la literatura, pero al mismo tiempo desconfió de mis propias pasiones. ¿Es eso posible? A los 12 años mi profesora de literatura me juro que yo podía escribir, que era especial, que podía crear textos interesantes. A esa visión suya me ancle. La volví mi personalidad. Un poco lo sigo haciendo para nunca traicionarla, para que tenga razón, para no convertirla en una mentirosa. Pero la mayoría del tiempo me pregunto si alguien más me hubiera dicho que era buena en algo, o si pudiera hacer otra cosa, si tuviera talento para cantar o bailar ¿hubiera llegado a la literatura igual? Si supiera actuar o tocar muy bien un instrumento ¿hubiera elegido igual a los libros? ¿estaría escribiendo esto? Es decir, me da miedo haberme implantado este amor solo porque nadie me dijo que era buena en algo más.
Pero Quirós también me dice "Uno se supone que es uno mismo quien se lanza, quien va en busca de la literatura. Uno se imagina invadiendo ese territorio con ímpetu arrollador, con la convicción de un poeta. Pero resulta que no..." Yo lo leo y no creo en el destino pero siento que no podría ser nadie más ni otra cosa. Que no sé que hubiera pasado ni donde estaría porque esto es quien soy hoy. Acá están las respuestas. No me interesa nada más porque encuentro todas las vidas que fueron y serán posibles dentro de los libros. Porque son la una de la mañana y yo solo quiero emborracharme de letras, así que tal vez estaba equivocada, me dejo distraer por el mundo exterior pero dentro mío si existe una pequeña enorme pulsión literaria que me arrastra, que me mueve, que me transforma.
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