miércoles, 20 de marzo de 2024

Vida real

 Esto se me ocurre navegando por la obseción que me generó la narración de Brandon Taylor en su libro Vida real, ese nombre, como si hubiera partes de la vida que no fueran reales. ¿Quienes somos en realidad? ¿Esa voz en nuestra cabeza o nuestras acciones de cada día? ¿O solo somos por los demás que nos ven y nos reconocen? ¿Nos conocen de verdad?

Ayer el día fue, como diría mi amiga Ludmila si se lo contara, "un montón".

Voy a la facultad un poco rendida, que no son manera de construir lo que uno quiere hacer de su futuro. Me emocionaba en un principio hacer una materia que se relacione con las ciencias sociales ya que son tiempos especiales para esos estudios y que es algo nuevo dentro de mi carrera que a veces esta demasiado lejos de mi realidad. Pero la voz de la profesora es demasiado monótona y mientras habla yo pienso que suena como un podcast que escucharía para dormir. Sin embargo me interesa autenticamente, me ayuda como persona y como escritora en ese ejercicio de extrañarse de si mismo para escuchar mejor, para librarse de la voz propia, para empatizar y entender. Me gusta la materia aunque no tuve en cuenta mi pésima habilidad social para estar estudiando antropología. No se me ocurren buenas ideas para el trabajo práctico, no sé cuál es una problemática ambiental ni con quién hablar, pienso incluso, en inventar todo y mantener mi mentira hasta aprobar. Quizás por eso tendría que elegir una pasión y entregarme a ella para no estar partida a la mitad cada vez que se trate de escribir. Pienso que no podría ser una buena "científica" así, pienso que hay demasiadas cosas en las que no podría, no puedo ser buena. Me frustro de nuevo, porque aparece el factor más determinante en mi vida, el trabajo. En un mes voy a ir a trabajar en la feria, tres semanas seguidas sin franco, chau tu facultad. ¿Para qué todo este drama? Si se termina deshaciendo en mis manos, en mis decisiones.

Habíamos arreglado con Cami que esa noche yo iba a ir a su casa. A la mañana me escribe "El jueves nos juntamos en casa con las chicas". Ya me siento molesta al leer ese mensaje ¿Qué significa? ¿Me estas diciendo que no vaya hoy porque la visita se mueve al jueves?¿Quienes son las chicas? Yo no entro en esa frase, porque yo no voy el jueves, yo voy hoy. Eso fue lo que le respondí, ella me dejó en visto el resto del día. Entonces, insisto, "necesito, mínimo, una confirmación" Lo que me ella me contestó fue por qué no podía el jueves, que era lo tan importante que tenía que hacer para no poder ir. Todo ese ida y vuelta que se generó en esa conversación no respondió la única pregunta que yo tenía, que era si podía ir a su casa esa noche, si seguían en pie nuestros planes, si quería que vaya, si quería verme. Entonces le mando un audio, ya hundida en el hartazgo de sus respuestas evasivas, de las contestaciones pasivo-agresivas que no me decían nada. Le digo lo que realmente se me cruzaba en la mente cada vez más seguido "Te dije dos, tres veces de juntarnos y siempre te olvidas, o no me respondes, o me cambias los planes. Cuando puedas y tengas ganas de verme decime y listo, basta de complicarnos" Tener que pedirle reiteradas veces a mi amiga que me hable, que me explique cómo se siente, lo que necesita, de pedirle incansablemente que me quiera, es extenuante.

Cuando volví de comprar con esas ideas atravesadas en los ojos, me encuentro con la vecina en la entrada. Ella me dice "Divina, ¿te puedo decir algo? Ya que estas aca" No sabe mi nombre. "La ropa colgada en el balcón, ya no va más, no queda bien, es tipo villa ¿viste? No está muy bueno" Lo único que pensé en ese momento es que no me interesaba para nada ese tema de conversación, quería subir a mi casa, que mi amiga me diga que me quiere ver, hundirme en algún libro, escribir, hacer algo que me haga sentir viva. Pero no, ahí estaba yo parada teniendo una conversación que me parecía totalmente ridícula. Señora, con todo respeto de ese que usted no me tiene ¿No ve que hay problemas reales en este país? No me podría importar menos en dónde se seca la ropa. "Es mi casa" le digo, algo que es estúpidamente obvio pero estoy aprendiendo a no suponer "¿Dónde queres que la cuelgue?" Otra pregunta que no tiene mucho sentido, porque se contradice con la afirmación que hice anteriormente. Es mi casa, es mi balcón, es mi ropa y ¿A quién mierda le importa eso? "Comprate un tender, como hacemos todos. Es un tema de convivencia. Vos sos divina, ni se te escucha, pero eso hablamos en la reunión con la administración el otro día" ¡Pero que temario más aburrido! Lo que más me hizo ruido de todo lo que me dijo, además de ese primer prejuicio de "villa", fue lo de no se te escucha. ¿Me tengo que sentir halaga por eso? ¿No estoy existiendo acaso? ¿Para qué estoy viva si esperan que pase así de desapercibida? Sin ruidos, sin señales de que efectivamente estoy viviendo en esta casa. Me afectaron terriblemente sus palabras por ese lado, por mis crisis existenciales. Y de repente ya no estoy contenta con mi casa, de repente me quiero mudar, me quiero ir de donde no soy ni deseada pero tampoco aceptada.

De repente todo a mi alrededor se vuelve hostil, quiero dejar todo, correr, salir de esta ciudad que me asfixia, que me exige tantas cosas y yo no puedo con ni una. De pronto lo que parecía simple se vuelve tan pesado y me imagino corriendo tan rápido hasta salir de mi cuerpo, hasta convertirme en viento, en esta lluvia que cae sin cesar, en esta melodía que se disipa en el aire. Me ahogo, no puedo más.

"Si ya dijimos que nos juntábamos hoy ¿qué otra confirmación necesitas?" Me responde Cami y yo, como siempre, huyo de esta vida real a la vida de fantasía que existe cuando estoy con mis amigas. Comemos pizza, hablamos de Disney, miramos Harry Potter. La lluvia destruye al mundo afuera y nosotras dormimos juntas. Ignoro el presagio que anticipaba el noticiero "Mañana puede ser peor"



Hoy es mañana, estoy desesperanzada y cuando llego al local me cuentan que a Lucas lo van a cambiar de sucursal. Pienso en eso y ya casi que lo extraño. Extraño a las curiosas personas que me presentó mi trabajo, extraño trabajar con mis amigas, extraño a Daro. Falta un mes para la feria y es la primera que voy a trabajar sin él. Es la primera vez que existo en esta vida sin él, no me acostumbro. Me desmotiva terminar siempre en ese "evento canonico", en la muerte de mi amigo. Pero su ausencia esta presente todo el tiempo en mí, y en ese lugar, en todos los lugares. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario