Para seguir
explayándome sobre mis obsesiones sin sentido.
Tengo que
admitir que soy una adicta a las letras.
Es extraño,
algunos podrán decir que soy solo otra amante de la literatura pero va mucho
más allá de eso. Escribo cuando no hay nada que decir, escribo cosas ya
escritas y escribo sobre lo escrito.
Es esta
locura de observar como la tinta se despliega de la punta de la pluma para
marcar por siempre un papel. Es esa satisfacción de los garabatos expresándose
por sí solos y armando palabras, oraciones, historias y emociones.
Es
simplemente el placer de escribir sobre todo lo que pasa por mi cabeza porque
solo me gusta dejar constancia de las cosas. Disfruto ver lo que escribía hace
años atrás y leer lo que acabo de terminar.
Me gusta leer porque me gustan las palabras, me divierte.
Quiero
aprender muchas más palabras, quiero utilizar palabras raras que la gente
incluya en su vocabulario. Quiero saber otros idiomas.
Quiero
expresarme de todas las maneras posibles.
Quiero
escribir todo lo que me este permitido y mucho más. No pretendo que nadie lo
lea. No pretendo ser elogiada ni odiada por esto. Solo disfruto plasmar
abstractas ideas de mi cerebro en una ordenada fila de formas en una hoja en
blanco.
No quiero
muchos colores, no quiero diferentes tamaños. No me importa la prolijidad
tampoco. Solo me gusta mucho escribir, me gusta mucho leer, y también escuchar.
Disfruto de
ver estas ordinarias acciones como hechos extraordinarios. Amo la magia de las palabras
y los sonidos.
Veintiocho
de Mayo de 2015
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