Me haces arder, me haces consumirme hasta ser ceniza, hasta que no queda nada de mí, sólo tú recuerdo.
Eras el sol que iluminaba mis días y también eras la lluvia que me hacía sentir viva. Eras todos mis tardes y eras mi noche, mi cama, mi hogar, mi lugar seguro. Eras mi locura, mi enfermedad, mi obsesión y mi única calma en este puto mundo. Eras el oxígeno que se convertía en energía dentro de mi cuerpo, mi sangre, mis latidos. Eras mis pasos, mi dirección, mi camino; mi elección en cada una de mis decisiones.
Me enseñaste a amar con todo mi cuerpo, con mi alma, con mis creencias, con lo trascendental; superando todos mis límites y todas las barreras, superándome a mí misma.
Me formaste, creaste toda una nueva persona dentro de mí que sólo dependía de vos, la que se alimentaba de tus sentimientos, de tu cariño. Y te fuiste, nos dejaste y no sé cómo deshacerme de ella porque se rehúsa a dejarte ir. Hiciste que me rompiera de todas las formas posibles, físicas y mentalmente. Llore a los gritos, golpeé paredes, me asfixie con la almohada, me tire al piso. Quería abandonarlo todo.
Me hiciste sentir casi muerta, en el limbo de un dolor y una nada inexplicable. Me empujaste hacia un abismo de desesperación, me ahogaba, no soportaba un segundo más dentro de mi cuerpo. Quería dejarlo todo, sólo para salir de ahí. Me rompiste en mil pedazos, me hiciste perderme a mí misma.
Durante todos estos meses que vos estuviste construyendo a otra persona, siguiendo tu protocolo, dándole tu cariño a otra, como si nada, como si yo nunca hubiera existido.
Todo ese tiempo yo estuve reuniendo cada una de mis piezas, buscándolas en la oscuridad. Incontables las veces que me di por vencido, pero acá estoy todavía, encontrándome, rearmandome para lo que viene, más fuerte, con más escudos, con más armaduras, para que nadie pueda volver a lastimarme así. Sé que eventualmente voy a escapar de acá, ya veo la luz, sólo me falta un poquito más. Sólo necesito que desaparezcas completamente, sacarme este gusto amargo que me dejaste en la boca, en la vida. Puedo ser mejor y voy a hacerlo, me lo debo. Te di demasiado y me olvidé de guardarme un poco para mí misma; vos te llevaste todo. Sólo me gustaría poder dejar de pensarte, poder dormir tranquila. Poder ser sin tu constante recuerdo aplastandome la espalda. Sólo quiero que mis pensamientos, mi alma, mi corazón, te suelten de una puta vez para sentir la verdadera libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario