Intentando encontrarle respuesta a todo, como siempre. Llegue a la conclusión que vos sos el big bang de toda mi persona, cómo fuiste evolucionando en distintos aspectos de mi vida para inconscientemente siempre estar presente.
Odio estar presa de este resentimiento. Sufro más que vos por no poder perdonarte, pero es que no soy yo la que tiene que hacerlo; es esa nena de ocho años a la que le rompiste el corazón incontables veces; y ella ya no está.
Me quede yo sola con esta tormenta dentro mío que destruye todo lo bueno, perpetuandome a lo dañado, a lo roto. Como si ésta alma tan estropeada pudiera salvar algo, salvar a alguien.
Después de años y años de entendimiento, de crecer, de tratar de superarte. Termino siendo igual que vos. Tantas idas y vueltas en una historia que termina siendo un puto circulo.
Toda esta tristeza que me recorre por las venas, las hago disolverse en alcohol cada fin de semana. Y todo lo que amo, es casi tan incurable como nosotros dos.
Te amo tanto, que después de todo ese dolor y toda la angustia; te sigo buscando en otras personas, en otras formas; pero nunca logro escaparme.
Es él, o sos vos, o es el otro; no importa porque acaba siendo todo lo mismo. Las desilusiones, las peleas, el amor incondicional, el veneno.
No puedo salir de este ciclo porque es parte de lo que soy; quizás por eso prefiero salvar a todo el mundo antes de fallar intentado salvarme a mí.
Desde que nací hasta el día de hoy tengo esta obsesión con todo lo que está corrompido, por ahí estoy buscando esas partes que me faltan, intentando sentirme completa de alguna manera.
Ahora entiendo, que quizás cuando logre perdonarte, finalmente dejarte ir; es en ese momento en el que voy a comenzar mi propio camino.
viernes, 25 de agosto de 2017
miércoles, 16 de agosto de 2017
Sobre idas y vueltas
Volviste tan repentinamente como te fuiste.
En menos de cinco segundos, lograste desequilibrar todo este mundo que hace años llevo construyendo. Que egoísta de tu parte, dejar que te ame tanto y aparecer como un fantasma en mi realidad, al que nunca voy a poder enterrar. Sos la encarnación de mi pasado destruyendo mi presente, una y otra vez.
Que magia que tenes, para convertirme nuevamente en la nena de 16 años que se moría por probar tus besos, que tenía como único hogar tus brazos y que solo encontraba paz en tu voz. Es como si no hubiera pasado el tiempo, como si no hubiera pasado toda una vida en el medio.
Hoy, después de tres años, seguís teniendo el control de mi ritmo cardíaco.
Cuando te fuiste, de un día para el otro, tarde miles de libros, miles de cafés y miles de lágrimas en dejarte ir. Porque crecimos juntos para que después me dejaras estancada en un lapso de días y días interminables. ¿Lo sentiste cómo yo? Perderme digo. ¿Te dolió igual?
Ahora venís de la nada a abrazarme y desestabilizarme.
Te veo, tiemblo, lloro y mi sistema colapsa. Mi corazón está por explotar pero mi mente queda paralizada. Sigo parada inclusive sin sentir mis piernas. Y corro a vos sin pensar en las consecuencias ni en toda la historia que nos va a seguir separando aunque sea imposible que nuestros cuerpos estén más cercanos en este instante. Reacciono gracias a tu calor corporal que me recuerda absolutamente todo, porque casi se siente como mi hogar otra vez, pero no. Nada es lo mismo.
Esta vez no voy a elegirte. Porque me prefiero a mí. Porque te vas a ir otra vez, a crear mundos con tu sonrisa. Pero yo soy la que se queda acá, destruida. Esta vez no te lo permito.
Yo vuelvo a mí misma, quizás no sea tan perfecto como lo sos vos, pero al menos es estable. Voy a hacer que funcione.
Porque vos, mi eterno amor, no fuiste creado para una ciudad mediocre ni para que la burocracia te encierre en una oficina. Vos estás para dar luz a todo lo que olvido brillar y curar cada corazón roto (excepto el mío) que se esconda en el mundo.
Y yo, me quedo aca. Para luchar por mí y lo que amo. Para crecer, avanzar y cambiar todo lo que me dañe (excepto a vos).
A la distancia, cada uno por su lado, va a seguir su camino.
Y hoy, que volviste, te dejo ir.
En menos de cinco segundos, lograste desequilibrar todo este mundo que hace años llevo construyendo. Que egoísta de tu parte, dejar que te ame tanto y aparecer como un fantasma en mi realidad, al que nunca voy a poder enterrar. Sos la encarnación de mi pasado destruyendo mi presente, una y otra vez.
Que magia que tenes, para convertirme nuevamente en la nena de 16 años que se moría por probar tus besos, que tenía como único hogar tus brazos y que solo encontraba paz en tu voz. Es como si no hubiera pasado el tiempo, como si no hubiera pasado toda una vida en el medio.
Hoy, después de tres años, seguís teniendo el control de mi ritmo cardíaco.
Cuando te fuiste, de un día para el otro, tarde miles de libros, miles de cafés y miles de lágrimas en dejarte ir. Porque crecimos juntos para que después me dejaras estancada en un lapso de días y días interminables. ¿Lo sentiste cómo yo? Perderme digo. ¿Te dolió igual?
Ahora venís de la nada a abrazarme y desestabilizarme.
Te veo, tiemblo, lloro y mi sistema colapsa. Mi corazón está por explotar pero mi mente queda paralizada. Sigo parada inclusive sin sentir mis piernas. Y corro a vos sin pensar en las consecuencias ni en toda la historia que nos va a seguir separando aunque sea imposible que nuestros cuerpos estén más cercanos en este instante. Reacciono gracias a tu calor corporal que me recuerda absolutamente todo, porque casi se siente como mi hogar otra vez, pero no. Nada es lo mismo.
Esta vez no voy a elegirte. Porque me prefiero a mí. Porque te vas a ir otra vez, a crear mundos con tu sonrisa. Pero yo soy la que se queda acá, destruida. Esta vez no te lo permito.
Yo vuelvo a mí misma, quizás no sea tan perfecto como lo sos vos, pero al menos es estable. Voy a hacer que funcione.
Porque vos, mi eterno amor, no fuiste creado para una ciudad mediocre ni para que la burocracia te encierre en una oficina. Vos estás para dar luz a todo lo que olvido brillar y curar cada corazón roto (excepto el mío) que se esconda en el mundo.
Y yo, me quedo aca. Para luchar por mí y lo que amo. Para crecer, avanzar y cambiar todo lo que me dañe (excepto a vos).
A la distancia, cada uno por su lado, va a seguir su camino.
Y hoy, que volviste, te dejo ir.
jueves, 10 de agosto de 2017
Miedo.
Es que me enseñaron a vivir con miedo, y aunque luche para convercerme de que eso no me condiciona, sí lo hace.
Estoy tan enamorada de vos, pero que miedo me das.
Tengo terror a que puedas usar todo lo que me conoces en mi contra.
Me horriza pensar en que puedas juzgarme por mi pasado después de ser vos mismo el que me curaste.
Tengo miedo de lo adicta que soy de vos, de cómo podes jugar conmigo, e inclusive hacerme sufrir si te apetece.
Miedo al poder que te otorgue, el poder en mi vida.
Me espanta la idea de que seas como todos, que seas uno más.
A perder nuestra confianza, a perder nuestra historia. A perder cada beso, cada abrazo y cada sonrisa por un desliz, por una pequeña insuficiencia.
Tengo miedo a tener que vivir con tu traición ¿Cómo lo haría? Si sos mi única cura a todo.
Tengo miedo de perderte y que con vos se vaya la mejor versión de mí. De quedarme vacía nuevamente.
Pero lo que más pavor me causa, es verme obligada a vivir en una realidad donde ya no estes.
Cuando sos el único que calla cada uno de mis demonios, encerrándolos con tus labios y llevándote todo lo que me aprisiona.
Sos lo mejor que me paso y mi más grande temor.
Estoy tan enamorada de vos, pero que miedo me das.
Tengo terror a que puedas usar todo lo que me conoces en mi contra.
Me horriza pensar en que puedas juzgarme por mi pasado después de ser vos mismo el que me curaste.
Tengo miedo de lo adicta que soy de vos, de cómo podes jugar conmigo, e inclusive hacerme sufrir si te apetece.
Miedo al poder que te otorgue, el poder en mi vida.
Me espanta la idea de que seas como todos, que seas uno más.
A perder nuestra confianza, a perder nuestra historia. A perder cada beso, cada abrazo y cada sonrisa por un desliz, por una pequeña insuficiencia.
Tengo miedo a tener que vivir con tu traición ¿Cómo lo haría? Si sos mi única cura a todo.
Tengo miedo de perderte y que con vos se vaya la mejor versión de mí. De quedarme vacía nuevamente.
Pero lo que más pavor me causa, es verme obligada a vivir en una realidad donde ya no estes.
Cuando sos el único que calla cada uno de mis demonios, encerrándolos con tus labios y llevándote todo lo que me aprisiona.
Sos lo mejor que me paso y mi más grande temor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)