lunes, 20 de noviembre de 2023

20 de noviembre, 2023.

 Hay noches, como la de anoche, en donde me siento abrumadoramente desesperanzada y fumo un poco para poder distraerme con otras sensaciones, que funciona, pero solo por un rato. Porque no se puede escapar todo el tiempo. Y antes de dormirme, lloré.

Fue un año tan difícil y se termina el 10 de diciembre con Javier Milei asumiendo como presidente. Todo eso que empezó como un chiste hace rato dejo de dar gracia. Me invade una tristeza que parece insondable. En todo este drama, hay que seguir, hay que trabajar, hay que estudiar, hay que comer, hay que sobrevivir para dar batalla pero el cuerpo pesa más que nunca. Estoy harta de perder. 

jueves, 14 de septiembre de 2023

 


Hanni Ossott

Diario de un desamor

 18 junio, 2023.

¡Como me llena el alma de ternura!

Hace rato no me era tan fácil querer a una persona, pero más importante, que me quisieran con tanta transparencia.

"Si tenes cosas que hacer, lo dejamos para otro día" le escupí con mi drama; "Compartamos ratitos" me escribió besándome en la frente y yo ya dije que si a todo.

Me gustaría poder ser brutalmente honesta cuando me pregunta "¿Ahora en qué estas pensando?" Quiero abrir mi cabeza, no tener la necesidad de explicarlo con palabras que me tienen de rehén. Que lo vea todo, cada recuerdo, cada canción, cada poema, cada conexión, que me conozca absoluta. Exponerme encima de esta mesa, partirme al medio, que me vea y decida ahora, si le sigo gustando o si pedimos la cuenta.

Quiero que me sepa hasta el hartazgo, no solo mi cuerpo (que poco dice de mi) sino sobre mis miedos, sobre mis verdaderos amores, sobre la persona que quiero ser, que voy a ser.

"Prefiero no decirte lo que estoy pensando" le confieso, para no espantarlo, para no ser diseccionada al lado de esta copa de vino.

En otra ocasión será.


11 julio, 2023

Busco la calma de las palabras escritas. El alfabeto, las reglas de ortografía, la puntuación.

Acá mi caos tiene que cumplir un orden, no puede apabullar, no puede tener cualquier forma.

Las lágrimas, el temblor, el vacío en el pecho, el peso de mi cabeza, la molestia en las piernas. Nada de eso puedo explicarlo, pero puedo escribir algo, conectar estas letras e intentar dibujar ideas que me expliquen, que me iluminen, que me calienten.

Los parpados que ya no quieren saber más nada, que todo el día, todos los días, sin descanso. Los hago testigos de mis decisiones, de mis tristezas, de mis desamores. No les otorgo, solo les pido, que recuerden, que estén atentos, que no se les escape ningún detalle, que todo depende de ellos, de lo que logren capturar, lo que en el futuro voy a recordar.

Algunas imágenes que me guardaron: de montañas, de alguna que otra portada de libro, de su cuerpo con los ojos cerrados después del orgasmo, del mar, del hocico de mi perro, del saludo de mi amiga que se fue por una puerta del aeropuerto y todavía no volvió, de la risa de mi compañero que jamas volverá a ver.


02 agosto, 2023

Pienso en donde estoy, en esta calma ficticia que me alquile. El jazz, el sol, café y la vida que sigue alrededor mientras yo estoy en mi pausa, en este lugarcito de descanso que me regalé.

Pienso que esta bien que nunca sea suficiente. Habla de mi hambre, de mis ganas de seguir creciendo. De este ser insaciable que me habita, que camina, avanza y no se conforma. No aceptar menos cuando creo, cuando veo lo que me merezco, lo que puedo conseguir.

Porque al final del día es casi como si pudiera con todo.

Me levanto, escucho música, me tomo unos mates mientras me preparo la comida. Elijo la ropa, el maquillaje, quien voy a ser hoy.

Llego tarde al trabajo, mis compañeras hacen bromas con eso. Hacemos chistes con todo, en realidad, porque nos falta un alma y estamos cansadas de llorar.

Pasa el día, cantamos, hablamos, me bato un café, abrazo a mis amigas. El tiempo pasa, semanas, meses ahí adentro. Salgo a la noche, no veo mucho la luz del sol pero siempre salgo para mirar la lluvia, para sentirla un ratito, sentirme viva.

Vuelvo a casa, junto energías para cocinarme, miro una serie, hablo con N. Me hago un té, leo un poco de poesía y me duermo imaginando que me abraza, que cuando lo necesite puedo ir a refugiarme en su cuerpo, en su calor, en su olor que queda impregnado en mi buzo, en mi cama.

Espero cambiarme de sucursal y que sea para mejor.

Espero terminar mi ciclo en la empresa y llevarme solo a las personas.

Espero, acá sentada, tomando café.


05 agosto, 2023

¿Por qué ayer era irremediablemente feliz y hoy soy miserable?


11 agosto, 2023

Hoy, por primera vez en meses, pasamos todo el día sin hablarnos.

¡Que desidia! El que se enamora es aquel que espera, dijo Barthes.

Lo pensé más que nunca, creo, no sé. Espero que haya sido lo mismo de su parte, espero, no sé. Intento mantener la calma pero la tristeza me desborda, solo imaginarme que a él no lo devora la idea de saber cómo estoy, que estoy haciendo o si lo extraño.

Que poeticamente extenuante es ser mujer y querer y desear y pensar. Existir. Seguro Vilariño lo escribió mejor.

No me puedo dormir, tengo un hombre atravesado en el pecho.


17 agosto, 2023

La cosa va más o menos así. Llueve y tengo el corazón roto. O más bien llueve porque tengo el corazón roto.

Y esta herida que me llueve, me enfría, me ahoga de nostalgia, de todo lo que pudo haber sido si al menos una de todas las cosas que me prometió fueran verdad.

¿Cómo explico el agujero? En el medio del cuerpo, en la izquierda del cielo, en la derecha de mi cama. En esta desintoxicación mientras espero y espero de su veneno.

Esta historia ya la viví aunque es la primera vez que me pasa.

Un poco saboreo esta angustia, este hambre, esta consciencia nítida de mi cuerpo solo porque él no lo esta tocando, solo porque hoy estoy huérfana de caricias.

¡Ay, este viejo conocido dolor que nunca me deja de sorprender!


20 agosto, 2023

Amor, yo solo no puedo entender cómo no me extrañas con todo tu corazón.

¿Solo a mi me duele esta ausencia? ¿Y todo lo que hablamos? ¿Todo lo que nos confesamos?

Yo fui sincera.


25 agosto, 2023

A la madrugada:

Nadie me entiende más que mis mujeres poetas, ellas, las que desdoblan el lenguaje para acomodarlo a su dolor, a su soledad, a la inmensidad de su sentir.

Mujeres, siempre mujeres.

(Termine el poemario de Idea, ya la extraño)

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A la noche:

¡Felicitaciones! por despertarme un llanto que creía dormido para siempre, uno escandaloso, a los gritos, a los golpes.

No tengo suerte, no era ese.

Así como mi escritura me vio enamorarme, ahora me ve partida en incontables pedacitos, en todos los que no fue, que no iba a ser.

Retorciéndome sobre cada decisión que tome, que fueron las correctas, solo que él no lo era. Pero tanto se le parecía, quiero uno así (pero que sea de verdad)

Quiero envolverme en poesía porque solo ella sabe moldear mi dolor, hacerlo arte, que sirva para algo más que deshidratarme.

Ser consciente de que este es un día que tendrá que vivir conmigo, ese lugar, esas palabras, ese chico que me dejo con el corazón en la mano, me lo devolvió, me dijo "lamento que no haya funcionado (porque yo no lo quiero), pero gracias por dármelo, la pase bien (que no se repita)"

Y eso es todo, así como empezó, así termino. Gracias por los aplausos.


29 agosto, 2023

Me amigo nuevamente con mi soledad, me reclama, me abraza.

Lo extraño pero no lo perdono. Vuelvo a estar bien.

¿Hay cosas más importantes que ser amada?


02 septiembre, 2023

Tengo todo lo que quiero. Menos el abrazo de alguien que quiero o que me quiera de la misma forma en que yo sé querer. Con toda mi alma y cuerpo, con toda mi paz, con todo mi drama.

Me duele pensar que los hombres que quise ya no me piensan ni me desean locamente como supieron hacerlo en su momento, pero más me duele que yo no sepa escapar de sus fantasmas.

No hay día de lluvia en que no la admire maravillada, hipnotizada, desde el calor de mi cama, de mi hogar.

Esta lluvia es el sueño que persigo, que me alcanza, que me abriga. La belleza del agua rendida.


10 septiembre, 2023

Hoy veo pasar el mundo desde mi balcón. Ya paso, todo paso.

Daro se fue, nosotras nos rompimos. A S. ya no le importa abrazarme, ni siquiera despedirse. Alguien una vez me quiso (o eso creí) hasta que llegó el día en que no.

Cambie de local, escapé en busca de tranquilidad, me lleve a mis amigas en el bolsillo.

Ya esta, ahora solo quedan muchas cosas por hacer, muchas tareas que cumplir, muchas noches por dormir sola, muchos días sin ser besada.

Reconstruirme por quinta vez en el año, se sigue.

Leo las cartas que escribió Virginia Woolf y me imagino cómo sería escribirle a mis amigas, tener que contarle de los sucesos con mi puño y letra, para que lo lean vaya a saber cuándo, vaya a saber dónde.

Me gustaría mandar tantas cartas, abriendo mi corazón y dejándolo ahí, sin esperar respuesta, sin saber ni siquiera si lo vieron. Sin lo instantáneo de mensajear, solo escribirlo para que sea una hoja que recorre el mundo, algo que ya no está en mí sino afuera, ajeno, a kilómetros de la persona en la que me voy convirtiendo sin todo eso encima.


domingo, 13 de agosto de 2023

Naufragio

 El país se prende fuego, en cada rincón, en cada pueblito. Pero yo solo pienso en ese mensaje tuyo que no llega, que pasan las horas, pasan los días y no llega.

Le pregunto a mi mamá a los gritos ¿Pero no me extraña? ¿Cómo es posible? No puedo pensar en otra cosa, no puedo despensarlo. Hablo, me río, leo, duermo. Pero en realidad solo estoy existiendo hilada a la idea de tu mensaje, de que donde sea que estés me estes pensando.

¿Por qué me pasa esto, todas las veces? ¿Qué te tiene tan asustado? Cuando las últimas palabras que me dijiste en persona fueron "te quiero" ¿Qué manera de querer son estas? ¿Las de mantenerme en el loop de esa frase?

Hay tantas cosas que me gustaría confesarte, por cada una de esas veces que me preguntaste en qué pensaba y no sabía cómo responderte, porque al serte brutalmente honesta podía dañarnos, romper eso que a penas se estaba construyendo.

Cómo explicarte, sin exponer mis cicatrices, que sos el primero en tantas pequeñas grandes cosas en mis largos veinticinco años. Estos eternos años, en los que dormía soñando con mi habitación propia, con la creación de mi bunker, de un refugio para mi soledad.

Que fuiste el primero en entrar a mi casa, en dormir en mi cama, en comer de mi mesa. Pero mucho más que eso, el primero al que le cocine, que le di mis llaves, que le compartí una cerveza en el balcón. Que todo esto que para vos es el simple hecho de conocer a alguien, para mí significa exponer hasta lo más profundos de mis deseos, de cada noche que dormí añorando por este lugar, mi lugar.

¿Y qué hago con todo esto, mi amor? Vos, que lo sabes todo pero sos la única persona que no se lo puedo preguntar. 

Amor, se termina el mundo ¿No me vas a hablar? ¿No me dijiste que me querias?





martes, 30 de mayo de 2023

N.

 Quiero escribirte porque quiero perpetuarte. 

Cuando no estamos uno sobre el otro, uno en el otro. Cuando no somos uno: Te escucho hablar, de lo que sea, quiero que me acaricies con tu voz. Acompañame, besame con tus palabras. Saboreame con la mirada, catame como si fuera uva. Juzgame, castigame y declarame el amor eterno. Haceme lo que quieras.

Quiero que me rodees con tus brazos, tus piernas. Acurrucarme en tu pecho desnudo y deshacerme. Que tu piel me absorba, que tus células se vuelvan las mías y viceversa. Quedarnos abrazados hasta volvernos uno, hasta duplicar nuestro tamaño, hasta ser impenetrables. Volvernos invencibles. Ya no es mi cuerpo, que sea directamente el nuestro (la única palabra que nos defina), Que ya no exista el frío, ni el miedo. Es más, que no exista nada. No importa. Me quedo ahí, donde soy diminuta pero me siento enorme. Inalcanzable porque estoy dentro de tu cuerpo, soy dentro tuyo, soy por vos, si respiro con tu boca, veo a través de tus pestañas. ¿Manos? ¿Pies? Hace rato que ya no hay extremidades. Somos infinitos, somos todo lo que existe. Rozamos lo absurdo, pero nos tocamos solo nosotros.

Destruime, si ya estoy rota, que seas vos, que sea por un buen motivo o por el peor de todos. 


El profeta

 ¿Todo esto? ¿Valió la pena? Las valió todas.

Ahora estoy acá, cenando un vino en mi casa, tiene sentido. Vuelvo a él, a mis orígenes, a mi progenitor. Solo se tenia que ir muy lejos para que yo lo perdone, para que nos volvamos la misma persona, para que compartamos una copa y cada uno de los miedos.

Tengo recuerdos, de cuando lo amaba, eso los atesoro. Me cantaba para que me duerma, me daba palmaditas mientras entonaba "Ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar" como un presagio "una camisa, un pantalón vaquero" ¿Dónde ira? Esos tiempos que me sentía hija, porque el se sentía padre. 

Hubo noches en las que volvía a las dos de la mañana de trabajar, yo lo esperaba despierta porque sabía que en la mochila me traía chocolates. Pero cuando no aguantaba, me dormía y lo primero que hacía al levantar era ver si estaba en su cama durmiendo, lo segundo era buscar en todos los bolsillos de su mochila mis regalos. ¿Dónde los escondiste, pa? Ahora ando de aca para allá, dentro de mi bolso están todas las disculpas que nunca me pidió, me pesan pero él nunca las vino a buscar. Y aunque duelan, tengo la certeza, que donde sea que este, todavía tiene miles de sorpresas guardadas para mí. La historia continua.

Me gustaría seguir escribiendo sobre esos tiernos recuerdos de la infancia, pero se me escapan. Deben estar ahí, no quiero ser tan injusta. No voy a empezar a nombrar los malos solo porque tome mucho vino para recordar los buenos. Quiero que sea una carta del perdón pero todavía no lo es, tiene su ardor al tragar, un gusto agrío que no me pertenece, que debe ser suyo.

La mujer que soy hoy lo entiende, hacemos lo que podemos, hizo lo que pudo mientras luchaba (lo sigue haciendo) con sus demonios. No solo mantenía su trabajo y su casa, sino a su familia, a sus hijos, a su mujer que nunca fue suya, que no estoy segura que lo haya querido. En defensa de ella, es el hombre más difícil de amar que he conocido. A esta edad, él no se podía tomar sus copas en la calma de la soledad, como puedo hacerlo yo hoy. ¿Cómo no enloquecer en un mundo sin silencio, pero sin nadie que te escuche? Fingiendo sonrisas todo el día a desconocidos por dinero, ¿para luego también tener que hacerlo en su casa?

Yo tengo su mirada, y su capacidad para volverse protagonista. Saque sus ansias por el crecimiento, por hacerme enorme, visible. Herede su capacidad para evitar hacerme cargo de las tragedias que nos rodean, de la familia que se desmorona, de trabajar día tras día hasta olvidarme donde queda mi casa, olvidar como comunicar lo que siento sin sentirme ridícula. Tengo sus rulos, sus ganas de prosperar pero también  lo empecinado en tomar las peores decisiones, una y otra vez, notando los errores y volviéndolos a elegir, porque es parte de nuestra persona, de la historia que queremos contar: lo inverosímil, lo improbable.

Me gustaría tener su cara de muñeco (cuando era joven), su amabilidad para tratar con cualquier desconocido (todos los que no son mi madre). Me gustaría más que nada, tener su pasión por la gastronomía y cocinar los platos más ricos que jamás hayan existido.

Mi papá toma maté amargo desde los ocho años, pero para tomar conmigo, le pone un poquito de azúcar. Le pone toda la azúcar que yo necesito.

Todavía no llegue, pero ya casi, Isaia, ya casi te perdono (solo me faltan tus disculpas). Espero que no sea muy tarde.

domingo, 21 de mayo de 2023

 A veces pareciera, que solo sé estar viva cuando amo. O tal vez, cuando estoy siendo amada.

El resto deja de importar, todo lo que no son abrazos son restos de un algo que ya no es tan urgente. Que pierde veracidad en cada instante en el que yo vuelvo a la única realidad que vale ¿la del amor?

Que palabra más inmensa, la palabra que ya no se dice, que no es, porque ya no cabe.

No quiero decir más, quiero que me calles. 

domingo, 9 de abril de 2023

Nueva entrada

 Actualmente leyendo a Milena Busquets: Las palabras justas, dice ella.

Sabía, a primera vista, que era de esos libros que me iban a dar ganas de escribir. Todo lo que leo de una manera u otra me inspira una idea, una inquietud, un eco que resuena, que me enciende algo. Pero hay algunos, algunas, escritoras que narran su día a día, sus pensamientos mientras repiten su rutina, sus emociones sobre las situaciones más complejas, sus inquietudes frente a lo más simple; como hizo García Robayo o Natalia Moret, que me empujan a hablarme a mí misma, a escribir para descubrirme, para que cada día, aunque parezca uno igual al otro, sea diferente, en la asfixia de la monotonía demuestre los miles de pensamientos distintos que me pasan por la cabeza, quién soy verdaderamente, la que siente, la que sobrepiensa, la que sufre, la que ama, pero más importante, la que escribe.

En la casa de mi madre, con mis perros. Me invade la ambigüedad de "sentirme en casa" o no. Me mude sola hace a penas dos meses, después de vivir acá por más de diez años. Es como si fuera mi casa, pero hace rato ya no se siente mi hogar. Mi madre, que lo es todo, me agasaja como a una invitada, notarlo me deja flotando en la nada. Es y no es.

Hoy a la madrugada le escribí "te amo" a una persona que no amo. Aunque quiera restarle importancia, solo es algo que se dice, que se responde a una historia, que se repite. Las palabras que elijo para con los demás dibujan la imagen que pocas veces sé reflejar, de quién soy. Para mí, que me alimento de esto, las palabras son mi peso, son escenciales en mi vida, son determinantes. Pero después de todo ¿qué decirle? ¿qué decirles? A esas personas que me abrazan todos los días, que me hacen reír, que me pasan un mate, que me preguntan sobre mi día. "Te quiero mucho" suena más apropiado, pero no me suena orgánico, no me es natural. Solo sé caminar sobre los limites, habitar en los extremos: es amor o es nada, no hay tal intermedio. Cómo voy a decir que te quiero si no estoy dispuesta a amarte.

"La euforia silenciosa. Solo pido quedarme en este instante hasta el final de la eternidad. Nada más. Me quedaré aquí tranquila, sin molestar a nadie, no invadiré ciudades, ni crearé imperios, no diré nada."

Mi mamá cocina canelones, mi hermano descansa (por fin) después de tantos días de guardia. Mis perros se recuestan abajo del sol. Yo escribo. Todo esta en orden, más que nunca. Abrazo este presente como si ya fuera un recuerdo en el que me voy a refugiar en otros tiempos que todavía no llegaron.

Es domingo, felices pascuas.



domingo, 12 de marzo de 2023

Hasta que puedas quererte solo

 


Este hombre, que se siente como un maldito agujero negro.
Me duele saber lo que implica su existencia y como me ronda, como me respira en la nuca.
Leerlo a él nunca es una decisión independiente, es un hombre mitológico del que solo conozco a sus creyentes.
Primero, si pienso en él, pienso en E. El terror que me genera ese chico, su imagen arrodillada con las manos temblando delante mío, su cuerpo frágil, su mirada rogando (por algo que yo no le podía dar), sus palabras pesadas. Su devoción total a su maestro, al hombre-oscuridad.
Después viene N. Mi moki. Que solo el cielo y la noche es testigo de las pesadillas que la mantienen despierta. Otro niña artista que termina siendo escritora.
Pablo Ramos como persona, como autor, como libro, ya viene cargado con mucho de lo personal, más que cualquier otro autor que haya leído. Eso, de lo más siempre, para empezar.

Y después: el dolor, la tristeza envolvente, la desidia, el horror que contiene lo que nos narra y lo que mastico yo, como lectora.
Es asquerosamente sincero, se vuelve finalmente honesto y queda parado a carne viva delante de nosotros en cada libro.
Es mi punto débil. El libro que no me puedo devorar porque me come a mi, me mastica, me escupe, me maltrata. Es personal, todo esta a dos decisiones de volverse real.
Estas historias de adicciones, de excesos, de vulnerabilidad, de sufrimiento. Los doce pasos, lo enojada que me deja cada final de capítulo. La tragedia repitiendose una y otra vez, el protagonista que nunca aprende. La caída libre hacía las peores de las muertes, esa que vos quedas vivo pero todo el resto se va, se van.
En la indignación grito cómo puede ser tan destructivo mientras en mis manos su creación me quema.
Leerlo tiene un peso que me hace diminuta, un precio que con esta vida no llego a pagar. Por eso me lastima.
Sangra tanta verdad, ilumina cierta oscuridad que convive conmigo, que tanto me esfuerzo por ocultar.
Eso tiene de especial, es imposible leerlo y seguir como si nada.
Es determinante, absoluto.