Cuando presiono ciertas teclas, para intentar representar lo que pienso con palabras en una pantalla. Me siento bastante irreal, como si mi personalidad se perdiera entre los cables, las conexiones y las redes. Como si después de publicar esto, comenzara a formar parte de una sociedad anónima que vive a través del teclado.
Por otro lado, el Internet es magia, es comunicación y también apoyo todo lo que nos une.
Mi vida es un constataste blanco y negro, vivo de extremos y exageraciones.
Sigo escribiendo en cuadernos, porque reconozco como mi droga personal el sentimiento que me produce verme saliendo en modo de tinta de una lapicera y marcar por siempre un papel en blanco. Pero voy a animarme, una vez más, a salir de mi zona de confort. Para variar, porque sí. Porque así me siento hoy; vamos a ver cuánto dura.
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