miércoles, 25 de marzo de 2020

Naturaleza

Well I know when you're around 'cause I know the sound
I know the sound, of your heart.
The Sound - The 1975


Sentada mirando el paisaje, puedo jurar que todo a mi alrededor tiene tu esencia, mi ángel.
Son las tres de la tarde, siento al sol quemando mi piel como lo solía hacer tu tacto.
Veo al río correr y me recuerda a tu mente, a los vaivenes de tus pensamientos (siempre tan impredecibles) que me generan tanta curiosidad, como si las sirenas me cantaran desde allí. Sé que ahora luce tranquilo, pero cuando el agua comienza a "crecer", todo desborda, todo se pone turbio y podría jurar que adentro se encuentra el Kraken listo para devorarnos.
Me da miedo meterme demasiado profundo sin saber cual de esas criaturas va a ser la que me ahogue.
Me rodean los árboles, de diferentes tamaños y por todos lados, son como tu naturaleza, aquella que la gente no sabe apreciar, no se animan a adentrarse para descubrir las hermosas ninfas que te habitan.
Aca la flora coexiste con su fauna en un divino equilibrio que espero no romper, es mi maldita condición humana que no me deja ser solo testigo sino que siempre necesita ser protagonista.
Hay rocas gigantes, piedras por todos lados, como gárgolas vigilando los límites, manteniendo todo en orden. Las relaciono con tu fortaleza, o mejor dicho, con toda esa solidez que te gusta interpretar, esa que queres demostrar al mundo. La falsa imagen de que sos así de macizo e inquebrantable.
A lo lejos visualizo las sierras, las montañas de distintos tamaños. Pareciera estar viendo la representación de tus latidos, desparejos, a veces muy distantes que llega a asustar, otras veces, tan juntas que no se logra distinguir donde termina una y comienza la siguiente.
Arriba el azul del cielo es abrumador (como tu preciosidad), me siento en los campos Elíseos, este es mi paraíso y tu voz es Morfeo cantandome en el oído, porque jamás algo me trasmitió tanta paz como escucharte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario