viernes, 29 de diciembre de 2017

Vivir la música

Es que no sé cómo explicártelo.
Es que si no sentís de la manera en que nosotras lo hacemos, entonces nunca lo vas a entender.
Desde que era una nena, tenía mente y cuerpo, todo muy chiquito e inocente. Me acuerdo con nueve años, esperando en una fila infinita por cuatro horas. Así se empieza. Llegas sola pero en un par de minutos ya empezas a hablar con la de adelante y la de atrás, cuando te das cuenta ya son un grupo de personas que no conoces pero sabes, que no necesitas esconder los nervios, la emoción, ni siquiera las lágrimas en frente de ellos.
¿Cómo te explico lo que es ver avanzar a la gente después de estar horas esperando?
No conocía lo que era la verdadera adrenalina, hasta que empezamos a correr por las calles alrededor del estadio de River, hasta que me di vuelta y vi la manada de chicas que también corrían con nosotras, no me olvido de esa imagen, eramos como miles pero puedo jurar que latíamos como una.
Estuve en todas partes, al principio tan lejos que a penas podía verlos del tamaño de una tortuguita bebé. Los puntos de vista y los tamaños fueron cambiando.
Pero, a ver, ¿cómo hago para describírtelo? Si es la música, es el alma y no el cuerpo. Son todos los sentidos no solo la vista y el oído. Son todos los momentos y no justamente ese. Son todas las personas y no solamente vos, ni ellos.
Es como cuando estas al borde del colapso, a punto de gritar, contiendo las lágrimas; pero para que nadie te vea, te encerras y pones la música muy fuerte para no escucharlos, ni escucharte.
Es cuando estas tan cansado, tan abrumado por el mundo que te pones los auriculares para aislarte en tu propio planeta. O cuando estas solo, y tenes tantas energías que pones esa canción que te hace bailar hasta las células, cuando cantas tan fuerte que solo se escucha tu voz, cuando te moves tan rápido que el ritmo te sale por todas partes.
Eso es estar ahí, es cerrar los ojos y recordar como esa misma canción te salvo tantas veces, como salvo a todas estas personas con las que estas compartiendo ese momento, cuantos otros también se habrán encerrado para escuchar este tema y volver a respirar.
Es que ya no te importa, no importa que te duelan las piernas de tanto saltar, que te estén clavando los codos en la espalda, que te estés comiendo todo el pelo de la chica de adelante, que estés muriendo de calor, que no puedas mover lo brazos, que te falte el aire porque no podes dejar de cantar, mientras se te caen las lágrimas de felicidad; porque es tu alma la que se siente plena.
Aunque lo intente describir, no sabes lo que es, porque no lo sentís de esta manera.
Y yo, desde los nueve años hasta hoy, que estoy por cumplir veinte. Voy a seguir esperando en esta fila, porque es el único lugar donde sé que está mi felicidad más pura y sincera. Porque sentir todo eso, hasta olvidarme de mi cuerpo, de mi nombre, de mi historia, del mundo asfixiante; ahí es dónde verdaderamente me encuentro, con mi esencia, con la nena que fui y que siempre voy a ser. Porque no cambio por nada a esas amigas fugaces de conciertos, y nunca me arrepentiría de vivir así la música, tan personal pero al mismo tiempo compartiéndola con miles.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Mi mar y tu calma

Algunas veces, envidio tu indiferencia. La manera en que ves las  cosas, o mejor dicho, la manera en que no ves. No te das cuenta, seguís y seguís, nada te para.
A mí, en cambio, cada sentimiento me estanca. Todo me paraliza, me lastima, me saca de mí misma. Camino con seguridad fingida frente a lo desconocido, para aparentar una cierta fortaleza que no tengo, porque al más mínimo percance, ya quiero volver, desaparecer, terminar con ese momento.
Vivo con este peso en el pecho, que con cualquier estimulo, aunque sea muy pequeño, ya empieza a arder con una fuerza incesable, aunque todo pase, no para hasta encontrarme llorando en cualquier rincón del mundo.
Vos ahí, tan indiferente a mi universo.
Yo, dejando parte de mis lágrimas en cada almohada, en cada baño, en cada viaje.
Me convenzo que soy fuerte, pero solo me lo repito dentro de mi cabeza, porque no logro formular las palabras, se me olvida como hablar cuando se trata de mí misma.
Y lloro, algunos días de la semana, a veces espero a estar sola, en otras no tengo tanta suerte y trato de calmarme antes de tocarte el timbre o de entrar a trabajar. Es que necesito sacarlo.
El mar y las olas que viven dentro de mí se enturbian por nada, no puedo controlarlas. Intentando esconderlas pierdo mis fuerzas y mis motivaciones. Así que trato de no ocultarlas más, porque tengo miedo de perderme yo.
Son las cinco de la mañana. Las siento correr furiosamente desde la punta de mis pies hasta el centro de mi cabeza. Se genera un caudal catastrófico en mi estomago que ya no sé descifrar ¿Es hambre o sed? ¿Son ganas de vomitar o acaso son solo fantasmas?
Nunca comprendo mi cuerpo, siempre lo siento ajeno a mí, como si todo lo que pasara fuera en segundo plano, narrando como omnipresente sobre mi forma física.
Es como si yo, la que estoy escribiendo, estuviera atrapada dentro de este cuerpo, al cual me adapte, pero no me siento correspondida. Como si algunos hechos o situaciones fueran totalmente independientes de mí, como si a veces no lo dominara porque se desprende de lo que soy.
Así es como me encuentro más en guerra conmigo que con el mundo, porque quiero dormir pero no tengo sueño, quiero salir pero no tengo ganas, quiero tanto pero siempre me quedo en ese limbo, que nunca llega al hacer concreto.
Pierdo mis fuerzas con todo esto, y con vos.
Lucho para no explotarte encima y ahogarte con mi agua salada. Al mismo tiempo que te abrazo rezando que no me cortes, que esta vez no me lastimes, que no se te escape una espina porque me estoy quedando sin parches.
La constante batalla me consume todos los días, mientras te miro y pienso, lo mucho que me gustaría estar durmiendo así como vos, tan sereno y tranquilo. Tan lejano a mis demonios. 

martes, 21 de noviembre de 2017

Un martes más

Los martes son algo así como mis únicos días libres. Cuando no tengo que estar estudiando, haciendo trámites, ni viajar de aca para alla (es decir, muy pocas veces); me pongo a pensar en lo que quiero, los cambios que necesito, lugares dónde escapar.
Hoy me pase dos horas mirando playas de Latinoamérica, dónde me gustaría ir y observando precios inalcanzables para mí. Comencé a mirar a mi alrededor y sentí claustrofobia dentro de la tan conocida habitación en la que vivo, las puertas y ventanas estaban abiertas, pero era mucho más que eso. Me atacó un fuerte sentimiento de encierro, a mi casa, a mi ciudad, a mi rutina.
Puse adentro de mi mochila un par de cuadernillos, un libro, lapiceras de colores, una botella de agua y me fui con mis auriculares a uno de mis lugares favoritos de Buenos Aires.
Porque el sentimiento de prisión me sofoca y no quiero estar condicionada por nada, necesito demostrarme que tengo posibilidades todavía, a pesar de todo, de tomar las decisiones que necesite en el momento para alimentar mi alma.




jueves, 9 de noviembre de 2017

Ahora necesito escribirte a vos, porque mi literatura nace más de mi alma que de mi cabeza, y fuiste vos, personalmente, el que la reconstruyo.

Poet - Bastille

La obsesión toma el control, me come entero.
No puedo decir las palabras en voz alta
Entonces en rimas te escribo
Ahora vivirás a través de los años,
Puedo sentir tu pulso en las páginas.

Te escribí
Ahora vivirás para siempre
Todo el mundo te va a leer
Y vas a vivir para siempre
En ojos todavía no creados
En lenguas que no nacieron
Te escribí
Y ahora vivís para siempre

Tu cuerpo yace sobre las sabanas
De papel, y palabras tan dulces
No puedo decirlas
Así que te escribí en mi verso
Ahora vivirás a través de los años.

Te he leído con estos ojos
Te he tenido en estas manos.
Te escribí,
Ahora vas a vivir para siempre
Todas tus virtudes en los versos.

Vivirás para siempre.







El final feliz que no fue

Mi corazón late más triste cada segundo que pasa con mi celular en silencio. Porque sabe lo que significa tu indiferencia, porque sabe el final de esta historia, porque ya lo vivió.
Pienso si alguna vez me habrás amado al menos con la mitad de la intensidad con la que yo lo hago. Me cuesta responderme porque no sé, porque nunca te entendí y ahora siento que no te conozco.
Imagino si fuera al revés la situación, me imagino corriendo desesperada por las calles para irte a buscar, me imagino luchando cada segundo para mantenernos. Después caigo en la realidad, me doy cuenta de lo diferente que somos, que aunque estemos más cerca que nunca, vos nunca me vas a venir a buscar. Porque yo no estoy por encima de tu orgullo, no estoy por encima de nada.
¿Para qué correr hacia mí su podes volar a cualquier parte del mundo para escaparte?
Llego a la conclusión que si fuera la princesa encerrada en el castillo esperando a ser rescatada, vos nunca vendrías y yo me torturaría tanto que terminarías siendo el mismísimo dragón.
Para mí suerte, no soy una princesa y nadie nunca me va a salvar, pero tampoco soy prisionera de nada.
Tengo ganas de correr muy lejos, hasta perderme a mí misma y dejar atrás este dolor que no me deja respirar. Pero en este momento no siento las piernas, a penas puedo mover los dedos para escribir esto, para sobrevivir un ratito más; mi único salvavidas a este mar de lágrimas que me está ahogando.
Estoy inmóvil aca, lo peor de todo es que tengo la certeza que mi única cárcel es mi mente, no tengo salida.
Todavía no me saque las zapatillas, porque en lo más profundo de mi alma, estoy esperando que toques el timbre y me des un abrazo, de esos que me das vos, de los que me ubican, los que me centran, los que me encuentran.
Me trago con repulsión las ganas de llamarte y pedirte que vengas a verme. Se me escapan por todas partes, a penas las puedo controlar. Porque sé, que si te llamara en este momento, no me atenderías, y viviría por siempre en ese limbo del sonido del contestador una y otra vez.

Escucho la lluvia, cierro los ojos y me la imagino recorriendo mi cuerpo, limpiándome cada parte de mi alma; llenándome de claridad y purificandome. Los truenos a veces aparecen, son los demonios que se niegan a irse pero con un relámpago desaparecen por un tiempo, por ahora, por lo que dure esta noche.

27.10.17

miércoles, 18 de octubre de 2017

Sintiendo(te)

Amo tenerte cerca y sentirme protegida. Amo que me cuides como si estuviera hecha de cristal, después de enfrentarme a tanto sola se siente increíble abrazarte y saber que ya no tengo que preocuparme por nada, que finalmente estoy a salvo. Que pase lo que pase, voy a tener mi taza de té y tu sonrisa cuando me levante, así sé que la tierra sigue en su órbita girando alrededor del sol y que todo esta bien.

Odio que no me tomes en serio, que no sepas escucharme y entenderme cuando más lo necesito. Que hagas chistes sobre mis luchas y mis causas, sobre mis creencias. Que no preguntes, que no te importe que es lo que me trajo acá, que es lo que me hizo así. Que no cuestiones nada, que aceptes, te rías y nada más. Sin ir más alla, sin explorar, sin investigar. No logro entender cómo es esa burbuja en la que vivís, tan escéptica al resto del mundo, tan alejada de todo.

Amo que te sientas orgulloso de mí, que me presentes lo más preciado de tu vida, que me hayas incluido en tan poco tiempo, en hacer que me sienta parte de vos. Que no tengas filtros cuando se trata de nosotros dos, estar entre tus amigos, entre tu familia, entre tu universo, sin nada por lo que avergonzarse, sin nada que ocultar. Amo que me dejes entrar, sentirme así de bienvenida. Tu confianza genera la mía, me hace sentir suficiente y capaz.

Odio cuando tenes la cabeza en otro lado, odio que estemos juntos físicamente pero no podamos coincidir más que eso. Odio las barreras que te separan de mí, o que vos mismo las construyas. Cuando parece que queres estar en otro lado, con otras personas, haciendo otras cosas. Todo el tiempo ocupado, mirando a otro lado, con pensamientos muy lejos de dónde estas. Que siempre tengas otra cosa para hacer, como si yo no fuera suficiente, como si te aburriera, como si estar al lado mío nunca fuera la mejor opción y estuvieras constantemente buscando mejores.

Amo que me quieras así de libre. Que me aceptes sin prejuicios, con todos los demonios que me persiguen del pasado, con los desastres en la cabeza. Con todos mis errores, con todo lo que me perturba. Me enseñas a amar de otra manera, más sana. Después de tanto tiempo ahogándome, sé lo que es respirar. Sé que puedo volar por días y semanas, puedo ir y verlo todo porque sos vos mi lugar para volver, mi hogar.

Odio que intentes hacerme creer que estoy equivocada cuando me preocupo por vos. Odio que no te pongas en mi lugar para verlo de la manera en que yo lo hago. Odio que digas que exagero, que no te des cuenta, que yo si te entiendo y por eso no estoy tranquila. Porque sé que algo no está bien. Sé que estas dejando que te consuman tus angustias, me desespera verte arder y que no escuches mis gritos. Odio que no me dejes ayudarte, que te escapes de mí, que no sea yo tu lugar seguro.

Amo que seas mi mayor inspiración para escribir, para amar, para vivir (que para mí es todo prácticamente lo mismo). Pero odio que nunca me leas, que no llegues a conocerme, es como si me miraras pero nunca me vieras verdaderamente.

lunes, 9 de octubre de 2017

Nosotros y ellos

Se creen muy superiores ¿no? Estar desinteresados por todas las luchas sociales y burlarse de los ridículos que quieren todo menos ir a trabajar. Que fácil decirlo.
Que lastima me dan, ustedes, que son el personaje perfecto que quiere crear el sistema. Sin empatía a lo que pasa en su alrededor, solo preocupados por sus me gusta en Instagram. Que lastima que me das, siento tan predecible.
Como si ignorar todas las injusticias te hace mejor que cualquiera que "pierda el tiempo" luchando.
Claro que a ustedes nunca les va a afectar directamente, porque no tienen ideales, no tienen principios. Compran todo lo que le venden los medios y repiten lo mismo una y otra vez, hasta el cansancio, hasta ni saber que significa.
¿Creen que el país solo se divide en la grieta? ¿Que es así de fácil? ¿Estas de un lado o del otro? Dejenme contarles, donde esta la verdadera brecha. Entre los poderosos y entre nosotros.
Nosotros somos los que trabajan, nosotros somos a los que la policia reprime, nosotros somos los desaparecidos, nosotros somos las mujeres asesinadas. Somos las putas, somos los nenes pidiendo plata en el colectivo. Somos los limpiaparabrisas. Somos los artistas callejeros. Somos los que intentan mantener en pie su negocio, y también somos clientes. Somos vecinos, somos aborígenes. Somos los delincuentes y somos la victima. Formamos todos parte de lo mismo, la parte del país que lucha cada día para sobrevivir, de la manera que sea. Y del otro lado, no está ninguno de nosotros, porque los que están del otro lado viven en su propio mundo, un mundo de números donde es imposible que seamos escuchados. La parte poderosa que controla todo y a la que no le importamos, que finge a veces estar del mismo lado, pero sabemos que no es así. Porque nunca nos van a dar la oportunidad de subir, de seguir adelante, quieren que nos quedemos estancados en nuestro lugar peleando y discutiendo entre nosotros para que no nos demos cuenta quienes son los verdaderos culpables.
Y que lástima les tengo a ustedes, que no pueden verlo. Que nos llaman locos a nosotros.
Perdón por luchar por nuestros derechos, perdón si te molesto pidiendo a los gritos que nos escuchen, perdón por el desastre que estamos haciendo por solo sobrevivir. Pero no vamos a parar, porque ellos tampoco lo van a hacer. Entiendo que no quieras participar, pero no nos juzgues por querer hacer el cambio y no solo resignarnos a que se nos rían en la cara, a que nos deshumanicen.

Voz

Algunas veces siento como si su voz me reconstruyera, como si ayudara a cada parte de mi alma a ubicarse en el lugar correcto y me hace sentir completa.
En cambio, otras veces, siento esa misma voz rompiéndome en millones de pedazos que pareciera imposible llegar a unirlos nuevamente, a veces siento sus propias cuerdas vocales atravesando mi cuerpo y destrozando todo a su paso.
A veces lo siento como mi medicina, como lo único puro que queda en este planeta; mi droga, lo veo como mi única solución pero algunas veces puedo sentirla como un revólver en mi cabeza que destruye todo racionalidad que mi cerebro pueda crear.
Su voz es tan preciosa y profunda, que me hace querer morir como otras veces es lo único que me mantiene viva. Tan reconfortante y tan destructiva a la vez.
Algunas veces siento que me ayuda a respirar y otras, como si esa misma voz, me ahogara.
Así es él, así es su melodía, su persona y su alma, es mi salvación  en mis momentos más oscuros, es mi perdición cuando más estoy brillando, es mi norte y mi sur.
Su voz es algunas veces todo lo que recorre dentro de mis venas, y es también, cuando se lo propone, todo mi mundo exterior, todo lo que logro ver y todo lo que escucho.
Su voz es mi vida y mi muerte.

martes, 26 de septiembre de 2017

Nuestros gritos

No sé por donde empezar. Por primera vez en mucho tiempo siento que las palabras se me escapan para quedarse escondidas en una partecita de mi mente para siempre, para no sentirse expuestas, para no sentirse en peligro. Pero necesito liberarme de este nudo que cree en mi cabeza, que al fin y al cabo desata ideologías y pensamientos que terminan determinando la persona que soy hoy.
Era octubre del dos mil seis, yo tenía ocho años. Fue una de las tantas veces que fui a dormir a la casa de una de mis mejores amigas, Sofia. Tengo recuerdos muy vagos sobre ella, pero sé que me hacía reír a carcajadas y nos contábamos todo. Vivía sola con su papá, ya que su mamá tenía otra familia y la venía a visitar muy de vez en cuando. A ella le encantaba igual, su papá, Daniel, era uno de los hombres más amorosos y simpáticos que conocía; hasta mi mamá lo solía decir. Un hombre que vivía trabajando por y para su hija, le cocinaba sus comidas favoritas y la hacía escuchar sus discos preferidos todos los días. A mí también me encantaba ir a la casa de Sofi.
Ahora desde la lejanía puedo ver como no era tan perfecto todo como yo lo veía a esa edad.
Un sábado a la noche, Daniel nos cocinó papas fritas con milanesas y nos compró coca-cola, también se compró un vino para él.
No recuerdo qué estábamos viendo en la televisión después de que terminamos de comer, sé que nos reíamos, al mismo tiempo que luchábamos contra los mosquitos que nos saturaban esa noche. Comenté que me picaba la espalda, y Daniel se ofreció a rascarme. La picazón se me había terminado hace rato, pero las manos del hombre seguían tocando mi espalda. Después de un rato en el que ya me empezó a incomodar, me excuse teniendo que ir al baño y logre escapar de esa situación.
De lo que no pude escapar, fue cuando me desperté a la madrugada con esas mismas manos en mi entrepierna. Estaba muy asustada, desee estar en mi casa o al menos haber elegido el lugar de la cama que estaba contra la pared. En ese momento no entendía nada de la situación, solo sabía que quería que terminara porque no me sentía para nada bien, era abrumante, desagradable y muy incomodo. El corazón me latía muy fuerte, quería gritar pero no me salían las palabras, quería moverme para despertar a mi amiga, quería salir corriendo, necesitaba terminar con esa situación y no sabía cómo, porque solo tenía ocho años y lo único que lograba hacer era llorar en silencio. En ningún momento abrí los ojos porque me aterraba verle la cara. di media vuelta para quedar boca abajo y enredarme con las únicas sabanas que me cubrían. Daniel sacó la mano rápidamente y se fue. Yo respire.
De a partir de ese día nunca más visite a Sofia, nuestra amistad se desvaneció y la única alusión que me quedó de ella es elegir siempre el lado de la cama que está contra la pared.
Hoy, que finalmente con diecinueve años puedo escribirlo y aceptarlo realmente como fue, sin tener vergüenza, porque sé que nunca nadie más va a invadir mi cuerpo sin mi consentimiento. Porque hoy acepto toda mi persona, toda mi historia, como algo solamente mío, porque ahora soy mi única dueña. Nadie más decide sobre mí, mucho menos voy a dejar inhibirme, no importa quien sea. Voy a gritar todo lo que no pude gritar esa noche, a los que chiflan por la calle creyendo que pueden opinar sobre mi cuerpo, a los que me miran de arriba abajo como si analizaran una mercancía en oferta, a esos chicos que creen que porque estamos en un boliche pueden tocarme. A todos aquellos que me hacían querer escaparme de quién soy para dejar de sentirme acosada. Para poder caminar sin miedo, para demostrarles que ya no me condicionan. Que nunca más voy a callarme así. Por mí y por cada chica, que como yo, vivió o vive con temor solo por ser mujer. Y también por las que no pudieron dar revancha, también por las que no fueron escuchadas en su momento, y las que no están siendo escuchadas ahora.
Pueden decirnos como quieran, pueden decir que exageramos. Pueden decir todo pero ahora somos nosotras las que van a estallar su garganta antes de que cualquiera intente apoderarse de nuestro cuerpo, nuestro orgullo y nuestros derechos.

sábado, 9 de septiembre de 2017

212 días

Una vez leí que uno de los factores más crueles de nuestra vida es el tiempo, ya que no discrimina en dolores y alegrías, en corazones rotos, ni siquiera en nacimientos y muertes; sigue pasando indiferentemente a nuestra existencia, al mismo ritmo, con esa monotonía que nos abruma. Pero, me declaro culpable de ser de esos, que a pesar de tener todos los fundamentos en contra, siguen pensando que el tiempo es relativo; porque, mi amor, hace años estoy sentada acá escribiendo sobre vos y tu sonrisa, pero solo hace doscientos doce días que comenzó nuestra historia (sin tener en cuenta la vida entera que tuvimos de prólogo).
Dejame explicarte, yo no secciono mis tiempos en años, mi reloj biológico se divide en vidas, y éstas a su vez, se van separando por cada cosa que amé realmente. Por ejemplo, comenzar de que era un bebé no tiene sentido, porque no lo recuerdo. Mi memoria empieza a funcionar a partir de los nueve años más o menos, cuando por primera vez sentí amor puro por algo que yo había elegido, ahí empieza una vida; así iniciaban y finalizaban los ciclos mientras cambiaban mis pasiones y aficiones.
Por eso vos, ahora, sos una parte tan importante para mí, sos el inicio de una de mis vidas favoritas.
Volviendo un poco a esta realidad cuantitativa que nos rodea. Son cinco mil ochenta y ocho horas unidos por un título, que no cambia nada, porque las etiquetas son otro invento de las personas que nada tiene que ver con el amor.
Me gustaría tenerte acá al lado mío, porque siempre el momento donde más me inspiro es entre tus brazos.
Pocas cosas me motivan tanto como compartir cientos de vidas con vos; que seamos nosotros los escépticos respecto al tiempo, que tengamos nuestro propio calendario que no distinga estaciones ni feriados.
Eternas gracias por esto, por la medicina de tus labios que me cura los miedos, por detener este mundo que me agobia con tanto movimiento, por combinarte con la lluvia para entregarme toda la paz que necesito, por hacerme llorar de felicidad, y por volverme a elegir cada día, a pesar de todo.

Te amo por esta vida y espero que por muchas más. 

viernes, 25 de agosto de 2017

Ciclo.

Intentando encontrarle respuesta a todo, como siempre. Llegue a la conclusión que vos sos el big bang de toda mi persona, cómo fuiste evolucionando en distintos aspectos de mi vida para inconscientemente siempre estar presente.
Odio estar presa de este resentimiento. Sufro más que vos por no poder perdonarte, pero es que no soy yo la que tiene que hacerlo; es esa nena de ocho años a la que le rompiste el corazón incontables veces; y ella ya no está.
Me quede yo sola con esta tormenta dentro mío que destruye todo lo bueno, perpetuandome a lo dañado, a lo roto. Como si ésta alma tan estropeada pudiera salvar algo, salvar a alguien.
Después de años y años de entendimiento, de crecer, de tratar de superarte. Termino siendo igual que vos. Tantas idas y vueltas en una historia que termina siendo un puto circulo.
Toda esta tristeza que me recorre por las venas, las hago disolverse en alcohol cada fin de semana. Y todo lo que amo, es casi tan incurable como nosotros dos.
Te amo tanto, que después de todo ese dolor y toda la angustia; te sigo buscando en otras personas, en otras formas; pero nunca logro escaparme.
Es él, o sos vos, o es el otro; no importa porque acaba siendo todo lo mismo. Las desilusiones, las peleas, el amor incondicional, el veneno.
No puedo salir de este ciclo porque es parte de lo que soy; quizás por eso prefiero salvar a todo el mundo antes de fallar intentado salvarme a mí.
Desde que nací hasta el día de hoy tengo esta obsesión con todo lo que está corrompido, por ahí estoy buscando esas partes que me faltan, intentando sentirme completa de alguna manera.
Ahora entiendo, que quizás cuando logre perdonarte, finalmente dejarte ir; es en ese momento en el que voy a comenzar mi propio camino.



miércoles, 16 de agosto de 2017

Sobre idas y vueltas

Volviste tan repentinamente como te fuiste.
En menos de cinco segundos, lograste desequilibrar todo este mundo que hace años llevo construyendo. Que egoísta de tu parte, dejar que te ame tanto y aparecer como un fantasma en mi realidad, al que nunca voy a poder enterrar. Sos la encarnación de mi pasado destruyendo  mi presente, una y otra vez.
Que magia que tenes, para convertirme nuevamente en la nena de 16 años que se moría por probar tus besos, que tenía como único hogar tus brazos y que solo encontraba paz en tu voz. Es como si no hubiera pasado el tiempo, como si no hubiera pasado toda una vida en el medio.
Hoy, después de tres años, seguís teniendo el control de mi ritmo cardíaco.
Cuando te fuiste, de un día para el otro, tarde miles de libros, miles de cafés y miles de lágrimas en dejarte ir. Porque crecimos juntos para que después me dejaras estancada en un lapso de días y días interminables. ¿Lo sentiste cómo yo? Perderme digo. ¿Te dolió igual?
Ahora venís de la nada a abrazarme y desestabilizarme.
Te veo, tiemblo, lloro y mi sistema colapsa. Mi corazón está por explotar pero mi mente queda paralizada. Sigo parada inclusive sin sentir mis piernas. Y corro a vos sin pensar en las consecuencias ni en toda la historia que nos va a seguir separando aunque sea imposible que nuestros cuerpos estén más cercanos en este instante. Reacciono gracias a tu calor corporal que me recuerda absolutamente todo, porque casi se siente como mi hogar otra vez, pero no. Nada es lo mismo.
Esta vez no voy a elegirte. Porque me prefiero a mí. Porque te vas a ir otra vez, a crear mundos con tu sonrisa. Pero yo soy la que se queda acá, destruida. Esta vez no te lo permito.
Yo vuelvo a mí misma, quizás no sea tan perfecto como lo sos vos, pero al menos es estable. Voy a hacer que funcione.
Porque vos, mi eterno amor, no fuiste creado para una ciudad mediocre ni para que la burocracia te encierre en una oficina. Vos estás para dar luz a todo lo que olvido brillar y curar cada corazón roto (excepto el mío) que se esconda en el mundo.
Y yo, me quedo aca. Para luchar por mí y lo que amo. Para crecer, avanzar y cambiar todo lo que  me dañe (excepto a vos).
A la distancia, cada uno por su lado, va a seguir su camino.
Y hoy, que volviste, te dejo ir.

jueves, 10 de agosto de 2017

Miedo.

Es que me enseñaron a vivir con miedo, y aunque luche para convercerme de que eso no me condiciona, sí lo hace.
Estoy tan enamorada de vos, pero que miedo me das.
Tengo terror a que puedas usar todo lo que me conoces en mi contra.
Me horriza pensar en que puedas juzgarme por mi pasado después de ser vos mismo el que me curaste.
Tengo miedo de lo adicta que soy de vos, de cómo podes jugar conmigo, e inclusive hacerme sufrir si te apetece.
Miedo al poder que te otorgue, el poder en mi vida.
Me espanta la idea de que seas como todos, que seas uno más.
A perder nuestra confianza, a perder nuestra historia. A perder cada beso, cada abrazo y cada sonrisa por un desliz,  por una pequeña insuficiencia.
Tengo miedo a tener que vivir con tu traición ¿Cómo lo haría? Si sos mi única cura a todo.
Tengo miedo de perderte y que con vos se vaya la mejor versión de mí. De quedarme vacía nuevamente.
Pero lo que más pavor me causa, es verme obligada a vivir en una realidad donde ya no estes.
Cuando sos el único que calla cada uno de mis demonios, encerrándolos con tus labios y llevándote todo lo que me aprisiona.
Sos lo mejor que me paso y mi más grande temor.

domingo, 18 de junio de 2017

Nuestro veneno

Cada vez que estamos juntos, cuando nos estamos besando, cuando nos abrazamos, cuando siento tus manos por mi cuerpo o veo nuestros dedos entrelazados, tengo la necesida de escribirlo. ¿Hay algo mejor que estar con una persona que te inspire? Porque para mí no. Sos de otro mundo, uno parecido al mío, pero un poco más peligroso. Y me encantas. Me encantan tus manos y como se sienten sobre mi piel, me gustan hasta cada uno de tus movimientos. Me fascina tu boca, mirarte cuando hablas o cuando dormis. Me gusta el cosquilleo que siento en las manos cuando te acaricio la cara a causa de tu barba, me encanta tocarte, sentirte. Me parece lindo hasta tu humor ¿sabes? me haces sentir bien, me haces feliz; me siento cómoda teniendote al lado mío. Amo tu escencia, abrazarte y sentir el dulce perfume de las mil historias mezclado con el agrio olor a tabaco. Odio los cigarrilos, todo lo que representan; pero en vos todo parece menos trágico, menos destructivo. Me gustaría ser yo, por la que te enloqueces, la que necesitas, tu droga. me gustaría ser yo lo que recorra por tus venas, creeme que puedo llegar a ser así de tóxica. Me gustaría ser solo yo, todo el tiempo. Porque soy una egoísta, y quiero que sea solo mi veneno el que te consuma.

12 enero 2017

Creo

Cuando digo que no creo en Dios, la gente lo relaciona directamente con que soy atea. Justo yo. Soy una creyente con cada célula de mi cuerpo.
Creo infinitamente más de lo  que soy.
Mi Dios, mi fé, mi esperanza, mi salvación, mi todopoderoso, está repartido por todo el mundo en diferentes formas, colores y maneras.
Yo creo ciegamente en todo lo que amo.
Creo en esa canción que me eriza la piel.
Creo en mis perros y en su bienvenida cada vez que llego a casa.
Creo en mi hermano, mi alfa, mi guia, mi sosten desde el día en que naci, mi compañero de vida.
Creo en los libros que me hacen sentir con cada parte de mi persona.
Creo en la belleza y en la naturaleza; creo en las Cataratas que visite con mi papá en unas vacaciones y en los paisajes de Cordoba por los que recorrimos con mi familia.
Creo en el sentir, en el cerebro humano, en nosotros mismos; en la magia de la evolución, en lo eterno del universo, creo en las estrellas y que somos parte de ellas.
Creo con locura en la literatura,en el arte, en la expresión del alma.
Creo en la comunicación y en los abrazos.
Creo en la pasión, por un deporte, por un trabajo, por otra persona.
Creo en la electricidad que me causan los besos de mi novio.
Creo en los domingos de asado en familia y las risas de mis amigas a las nueve de la mañana.
Dios está en cada pedacito de mi felicidad y está en mi fuerza.
Creo en todo lo que me inspira.
Creo en todo lo que me genera ganas de escribir y en todo lo que me abruma hasta dejarme sin palabras.
Soy creyente de lo que amo.

jueves, 8 de junio de 2017

Hablando de amor

Y si de amor hablamos, vos sos mi eje en todo. Mi principio y mi fin, mi alfa y omega.
No sé si te acordas, cuando empezaste a amarme realmente (si hay algo indescifrable para mí en este mundo, es tu cabeza), yo sé cuando me lo dijiste. Como lo subestimaba en ese momento. Como me asustaba involucrarme tanto en alguien nuevamente. Solo lo deje pasar, te respondía con algo medio hueco; era amor, pero yo todavía no lo sabía.
Lo que sí recuerdo, es cuando asimile finalmente mis sentimientos, a esos que tanto le temía.
A fines de enero me contaste, que te ibas unas semanas de vacaciones. No sé por qué se me hace tan indisimulable la tristeza con todo lo que este relacionado a vos; me volves tan débil. Se me caían las lágrimas solas, no podía contenerme, estaba siendo tan exagerada como siempre. Ahí, en ese momento, cuando me puse a llorar por el simple hecho de que ibas a estar más lejos de lo normal todo ese tiempo; tendría que haberme dado cuenta de lo que sentía. Pero tardé un poco más.
Creo que hicieron falta dos días nada más, de saber que estabas tan lejos, para darme cuenta que no te quería a esa distancia de mí nunca más. Te quería al lado mío todo el tiempo posible. Te necesitaba más de lo que necesitaba cualquier cosa en el mundo, me era insoportable la sensación de extrañarte tanto.
Acepté lo mucho que te amaba, y lo vengo haciendo desde entonces. Porque no hay momento en el que sea más sincera que cuando te lo digo; a veces las palabras me parecen tan diminutas a lo inmenso que siento. Nada me alcanza cuando se trata de vos.
Cada día, cada segundo juntos, me doy cuenta que no hay nada que necesite más que eso.
Te amo con todo mi ser, hasta el cansancio, te amo en forma creciente y por todo el tiempo que me lo permitas.

miércoles, 7 de junio de 2017

El inconveniente de la verdad

Recordando, como siempre. Terminé pensando en vos, en el principio de todo. Cuando eramos nuevos en esto y sentíamos pánico de querer tanto a otra persona.
Me acuerdo de una de las tantas tardes en la plaza; hacia un poco de frío, ya no puedo recordar de qué, pero nos estábamos riendo, que lindo era cuando reíamos. En mitad de las carcajadas y los besos, se te escapó (porque yo sé que salió sin querer) un "te amo". fue la primera vez que escuche esas palabras salir de tu boca; creo que fue el más sincero de los miles.
Lo dejé pasar, como hago con todo. Porque sabía que te avergonzaba admitirlo; por mi parte, todavía me costaba creerlo. Pero en ese instante, sentí como se detenía el mundo por ese milisegundo en el que me declarabas tu amor rápidamente y sin planearlo ¡que linda es la espontaneidad!
La primera vez que yo lo dije, también fue un desliz; y también lo recuerdo perfectamente.
Estaba en mi terraza, vos en tu pieza, tan lejos pero nos unía un mundo, en el que solo estábamos los dos. Se iba a cumplir una hora y media desde que hablábamos por teléfono y yo sonreía como una idiota, que bien que me hacías en esos tiempos. "Te amo", dije en un suspiro y corté rápido para que no puedas contestar. Que miedo que teníamos, a aceptarnos y entregarnos completamente. Que miedo que sigo teniendo, al haberte dado demasiado. Me latía muy fuerte el corazón como si hubiera cometido un error, como si serte tan sincera fuera un crimen.
Pero vos no lo dejaste pasar, en un mensaje pusiste"me dijiste te amo". Temblé. Se dio cuenta, pensé.
Inventé una patética excusa, que hasta el día de hoy me hace reír; "Fue un reflejo, siempre habló con Flor por teléfono y antes de cortar le digo así, por eso me salió. De costumbre" Que explicación más ridícula, hace años que no le decía eso a mi mejor amiga, nos amamos hace tanto tiempo que ya ni es necesario mencionarlo. Pero que difícil que me era tolerar la realidad. Que te amaba, sin tantas vueltas.
Ya no me acuerdo como seguía la historia, ya no me acuerdo de casi nada. Fue todo una vida atrás.
Aunque sigo enojada por cosas que ya ni le encuentro el sentido, prefiero quedarme con todo lo bueno. Con estos momentos, de suma naturalidad. Donde todo era autentico, donde no había dolor.

jueves, 25 de mayo de 2017

No me quemes.

Y una vez más entras a mi casa con los ojos vacios.
Es frustrante no saber qué día vas a caer. No para vos. Para mí. Porque yo soy la que tiene que soportarte en ésta realidad, la realidad de todos. Y vos estás ahí, en tu mundo, haciendo un inútil esfuerzo de pasar desapercibido llevándote toda la atención. Tu oscuridad opaca nuestra cena, nuestro humor, nuestra comodidad, nuestro hogar.
¿Te acordas cuando vos eras la persona que nos ayudaba a brillar? Yo tampoco.
Nuestra relación se basa en un vinculo económico, quizás en tu fantasía no sea así;  invito a la realidad a golpearte como tantas veces lo ha hecho conmigo.
Igualmente, no vas a sentir lo mismo, no vas a sentir dolor ni decepción porque forman parte de tu persona. Ese es mi principal problema, no quiero que me consumas, no quiero que trasmitas eso a mi familia. No te quiero acá.
Puedo verte, pero no me permito mirarte a los ojos. Asco es la palabra, siempre lo fue.
Y no solo cuando el color de tu mirada se desvanece, inclusive en los días soleados, en esos momentos de eclipse entre nuestros mundos, sigo advirtiéndote, tu tempestad amenazando mi tierra una y otra vez.
¿Cómo puedo confiar? No espero nada de vos. Solo aguardo hasta que yo pueda hacer el cambio al que vos nunca te animaste.
Cientos de sermones creé en mi mente, miles de palabras vomitadas que me trague con tanta repulsión, sentimientos destrozándome por dentro que nunca te hicieron daño, pero todos van dedicado a vos. ¿No lo podes ver? Claro que no. En tu universo soy perfecta, todo lo que no podes ser. Pueden caerme docenas de rayos que voy a lograr convertirlos en energía ¿No es así? ¿No es tan fácil ser yo y tan difícil ser vos?
Tus manos ásperas, tu aliento oxidado y tus ojos envenenados ¿Quién sos? ¿Por qué todavía te permitimos entrar? Nadie lo hizo, solo pasas como si realmente formaras parte de esto.
No te necesito al lado mío, necesito la tranquilidad que nunca en mi vida pude tener. Necesito esa paz que nunca voy a lograr si nuestros mundos siguen chochando. La distancia es mi peor enemiga, por eso quiero que te vayas con ella. Ustedes dos me lastiman, seguro se llevarían bien juntas.
No te espero, me canse de hacerlo.
Jamás  una disculpa logro escaparse de tu boca. Quizás tu cerebro lo intenta por dos segundos hasta que lo enmudeces con alcohol. Lo insensibilizas, una y otra vez.
Ojala fuera tan fácil para mí.
Pero en mi familia no me enseñaron a arreglar las cosas matando mis neuronas. No sé sobre la tuya. Quizás algún día tuvimos la misma sangre, pero ahora todo lo que corre por tus venas es veneno.
No me toques, no me quemes.
No me ahogues, no me asfixies.
No te quiero cerca.
No quiero sentirte nunca más, ni pensarte, ni hablarte.

Déjame, por favor.

lunes, 1 de mayo de 2017

Mi inspiración (vos)

Me inspira más que nada en el mundo, es como mi obra de arte personal.
Si me preguntas ahora, que es la felicidad, su imagen es lo primero que se me viene a la cabeza.
Ayer, cuando estaba sentada encima de él, cantando a los gritos con el viento pegandome en la cara; me sentí plena. Mi cuerpo rebalsaba de amor y alegría. Ahí en esos nanosegundos estaba saboreando mi libertad, mi paz.
Despertarme hoy, los dos desnudos y juntos, escuchando la lluvia, escuchando la naturaleza. Esa tranquilidad y satisfacción que estuve buscando todo este tiempo, y estaba ahí, abrazandome mientras yo miraba las gotas cayendo por la ventana.
Me siento eternamente agradecida porque me haya elegido, porque es mi poesía, mi lluvia, mi canción favorita, es mi libro y mi hogar. Es mi calma y el abrazo que une cada una de mis ideas.
Lo amo hasta la risa y hasta las lágrimas; lo amo hasta quedarme sin palabras.

miércoles, 12 de abril de 2017

Querido amigo, el del corazón roto

Que rabia (y un poco de envidia) me genera esa gente que no siente con intensidad. Se pierden de lo lindo que es amar a alguien con todo lo que sos, pero también se protegen de ese dolor agónico que es perder a ese mismo alguien. Que impotencia me da toda esa gente que sufre por amor, porque no hay nada más desesperante que saber que no existe solución. Va a doler, va a doler hasta el mismisimo cansancio, va a doler hasta que tu alma se rinda, va a doler hasta que mueras y pueda nacer otro ser dentro tuyo que quiera seguir adelante. Estuve ahí, yo también me desintegre del sufrimiento. Yo también viví con ese fuego que me consumía las ganas, las fuerzas, que consumía mi persona entera. Me gustaría poder ayudarte; también me enloquece a mí verte caer y no poder sostenerte. Ojala tuviera lo que se necesita para salvarte. ojala pudiera con un abrazo curarte, sacartelo de encima. Lamento desilucionarte, pero no hay nada que se pueda hacer. si no podes controlar tus sentimientos, mucho menos pretendas poder hacerlo con los demás. Sos el dueño de tu vida, con todas las consecuencias que esto conlleva. solo lo vas a sufrir, y solo vas a recuperarte. Sea el tiempo, sea otra persona, sea el perdón; te juro que eventualmente va a pasar. Pero primero, vas a tener que atravesar este dolor, es horrible, pero es simplemente la realidad. La única forma de terminarlo es sintiendolo hasta que no quede más. Y después de todo eso, vas a seguir con tu vida; la que ya habías olvidado que tenias (porque hay un antes y un después de todo) Un día vas a estar caminando, escuchando una canción, viendo una película, te vas a acordar de ella, se te va a dar vueltas un poco el estómago, vas a recordar tanto el amor como el dolor, todo en un microsegundo. y te vas a dar cuenta que ya está, que ya paso; que respirar no es una tortura, y que finalmente sos vos de nuevo, por fin libre otra vez.

En algún momento, en lo más profundo del infierno.

Me haces arder, me haces consumirme hasta ser ceniza, hasta que no queda nada de mí, sólo tú recuerdo.
Eras el sol que iluminaba mis días y también eras la lluvia que me hacía sentir viva. Eras todos mis tardes y eras mi noche, mi cama, mi hogar, mi lugar seguro. Eras mi locura, mi enfermedad, mi obsesión y mi única calma en este puto mundo. Eras el oxígeno que se convertía en energía dentro de mi cuerpo, mi sangre, mis latidos. Eras mis pasos, mi dirección, mi camino; mi elección en cada una de mis decisiones.
Me enseñaste a amar con todo mi cuerpo, con mi alma, con mis creencias, con lo trascendental; superando todos mis límites y todas las barreras, superándome a mí misma.
Me formaste, creaste toda una nueva persona dentro de mí que sólo dependía de vos, la que se alimentaba de tus sentimientos, de tu cariño. Y te fuiste, nos dejaste y no sé cómo deshacerme de ella porque se rehúsa a dejarte ir. Hiciste que me rompiera de todas las formas posibles, físicas y mentalmente. Llore a los gritos, golpeé paredes, me asfixie con la almohada, me tire al piso. Quería abandonarlo todo.
Me hiciste sentir casi muerta, en el limbo de un dolor y una nada inexplicable. Me empujaste hacia un abismo de desesperación, me ahogaba, no soportaba un segundo más dentro de mi cuerpo. Quería dejarlo todo, sólo para salir de ahí. Me rompiste en mil pedazos, me hiciste perderme a mí misma.
Durante todos estos meses que vos estuviste construyendo a otra persona, siguiendo tu protocolo, dándole tu cariño a otra, como si nada, como si yo nunca hubiera existido.
Todo ese tiempo yo estuve reuniendo cada una de mis piezas, buscándolas en la oscuridad. Incontables las veces que me di por vencido, pero acá estoy todavía, encontrándome, rearmandome para lo que viene, más fuerte, con más escudos, con más armaduras, para que nadie pueda volver a lastimarme así. Sé que eventualmente voy a escapar de acá, ya veo la luz, sólo me falta un poquito más. Sólo necesito que desaparezcas completamente, sacarme este gusto amargo que me dejaste en la boca, en la vida. Puedo ser mejor y voy a hacerlo, me lo debo. Te di demasiado y me olvidé de guardarme un poco para mí misma; vos te llevaste todo. Sólo me gustaría poder dejar de pensarte, poder dormir tranquila. Poder ser sin tu constante recuerdo aplastandome la espalda. Sólo quiero que mis pensamientos, mi alma, mi corazón, te suelten de una puta vez para sentir la verdadera libertad.

jueves, 6 de abril de 2017

Amor puro

Me preguntó si alguna vez voy a ser esa eterna afortunada que pueda besarlo, y si en ese momento, no me resultaría increíblemente familiar.
Si alguna vez estuviera a su lado, ¿Cómo lo sabría? ¿Cómo podría distinguir la realidad de mis incontables sueños? ¿Cómo podría hacer mi cerebro, para comprender que eso está actualmente pasando y que no es otra escena inventada por mi subconsciente?
Por mucho tiempo he estudiado sus movimientos, sus acciones y reacciones, el desplazamiento de sus extremidades a partir de cada situación. He mirado sus labios por horas. Imposible calcular las veces que me perdí en sus ojos. Cada característica de su rostro, cada singularidad en sus expresiones faciales, cada variación en su voz, las conozco.
Y después de tantas veces soñar con el contacto de nuestros labios, con la locura de nuestras bocas, con nuestra insaciable sed de cariño. Después de tanto tiempo pensándolo, ¿Cómo no confundir la verdad con el anhelo?
Si alguna vez tengo la suerte de estar a su lado, no quiero un beso.
Miles de personas alrededor del mundo están besando en este momento a otra que no conocen, quizás no saben su nombre, probablemente nunca van a conocerse sus propias voces, y sin embargo, sí están compartiendo saliva. ¿No es increíblemente decepcionante? Un beso no significa nada. Generalizando la opinión de la sociedad. No la mía, no la de los románticos. Sino la de la mayoría de la población. Unir bocas y acariciar lenguas ya no es un hecho novelístico y virtuoso. Ahora es simplemente es un acto de lujaría en el momento, no significa nada, no trasmite ningún sentimiento.
Mi única intención al desearlo como persona, es un abrazo. Porque uno no puede imaginar lo que éste simboliza. Porque ningún cerebro humano puede entender lo que este hecho emite y permite traspasar. Me parece la representación más clara de lo que es compartir, de lo que es la confianza con otra persona. Contagiarnos los miedos, contagiarnos la felicidad. Porque encierra muchos sentimientos. Porque no me puedo dar una idea de lo que sería sentir su calor corporal junto al mío. Porque se me es imposible percibir lo mucho que te quiere alguien que te protege entre sus brazos.
No quiero un beso, quiero sentarme a escucharlo por horas sobre todo lo que pasa por su cabeza, que me cuente sus más grandes temores y sus placeres culpables. Quiero saber de quién estaba enamorado en primaria y cuál es su película favorita. Quiero que me hable de su familia y sus mejores amigos. Quiero que me cuente todo lo que nunca se animo a decir en voz alta. Quiero conocerlo, saber si prefiere la comida dulce o salada. Quiero que me hable sobre lo que cree, lo que lo frustra. Sobre sus amores, sus pasiones, sus gustos.
Podría escucharlo por años sin cansarme.
Necesito saber cómo se siente que confíe en mí. Que me ame como yo lo amo. No deseo, no lujaría, no gustar. Amor, puro.

28.05.15 m.h











22.11.15
Si me quitaran toda la ropa, si estuviera desnuda frente a todas las personas que conozco, si me dejaran parada con nada más que mi dignidad en medio de la calle, ni así me sentiría tan expuesta y vulnerable como lo haría si alguien leyera lo que escribo. Aca están mis sentimientos, reflexiones, y debilidades, mis más grandes demonios se encuentran ocultos bajo estas palabras y me aterra la simple idea de que alguien pueda destaparlos y dejarlos salir, para que puedan comerse el mundo, para que puedan tragarse mi mundo.
A veces me obligo a mi misma a no escribir sobre algo, porque con solo pensar todo lo que estoy exhibiendo me avergüenzo de mi misma, de mis pensamientos, y de como podre ver eso en un futuro. Me asusta hasta el rechazo de mi misma hacía lo que escribo.

Mi nunca más

Que ajena me parece esa vida, que extraña sensación de deja vú, de algo que nunca me paso, pero bien podría haber sido yo.
Las vueltas de la vida, los nacimientos y las muertes, el amor y el desamor, los caminos que se unen y los que se separan para siempre.
Me cuesta pensar claramente; de todas formas no sé por qué creo que necesito tener un pensamiento claro sobre eso. Ya no es mi vida, hay un distancia, me siento como un cordón umbilical cortado hace años, pero que todavía late, que todavía alimenta.
Yo soy la muerte, y ella es la vida. Lo entiendo, desde la lejanía las cosas me parecen más nítidas.
No me duele, me genera curiosidad. Pero es general, no quiero estar ni cerca, porque al mismo tiempo me produce rechazo, no es odio, es solo un sabor que me da vuelta el estómago, me repugna.
Si no sé explicar lo que siento, es exactamente por qué no lo sé. Simplemente no sé.
Me desestabiliza el mundo, y eso que tengo mi base muy armada. Me sacude, me mueve; pero por milésimas de segundos, por el momento que estoy escribiendo; después pasa, todo pasó.
Espero que te hayas vuelto mejor persona, por ellas; que nunca vean lo gris, que no se merezcan esa parte como yo lo hacía. Y espero de mí, lograr repararlo todo, arreglar mi vida, arreglar el mundo, para tu bebé y para los míos. Para todos. Voy a curarme, por ahí hasta llegue a perdonarte algún día, quizás hasta perdonarme a mí.
Gracias, y hasta nunca.

sábado, 25 de marzo de 2017

A veces está bien quedarme sola un rato, para respirarme a mí misma, para encontrarme.
Aunque paradojicamente, siempre termino en vos.

viernes, 24 de marzo de 2017

tanto

Te amo tanto, y eso es lo más doloroso, no existe algo más doloroso que amarte. Si alguien me clavara un cuchillo oxidado  en una de mis costillas no sé si lo notaría, porque llenas mi cuerpo de tanto sufrimiento que ya ni siquiera puedo mirarte. Hasta eso me hace mal.
Pero te necesito, necesito verte para vivir y necesito que formes parte de mí aunque sea la decisión más masoquista que puedo tomar. No puedo ayudarte e increíblemente puedo sentir a mi corazón llorando por eso. Quiero abrazarte por mil horas o mil días. Quiero abrazarte hasta que entiedas lo mucho que te amo y que nunca vas a estar solo, y quiero pasar noches enteras tomando café con vos, discutiendo sobre temas triviales y riéndonos de chistes contados hace años atrás. Si tengo suerte, pero mucha, si puedo ser la chica más afortunada del mundo y besarte, si pudiera sentir tus labios, si pudieras con un beso entregarme un poco de tu dolor así lo combatimos juntos, o podrías darme todo tu dolor, no me importaría, con tan solo tenerte al lado mío y ver tu sonrisa ya estoy completa, porque sos tan hermoso. Sos tan hermoso que si moriría en ese preciso instante con tus labios sobre los míos, no estaría triste. No lo estaría en absoluto y menos si puedo sacarte todo ese dolor que te está quemando, que te está desintegrando.
Pero no puedo, no puedo ayudarte porque soy tan inútil, no te tengo y nunca lo voy a hacer, tengo que seguir viendo como tus demonios te consumen a miles de kilómetros sin poder hacer nada al respecto, y vos muriendo allá y yo muriendo acá. No podemos estar juntos, aunque dos negativos hagan un positivo, nada de eso importa. Nada de lo que estudiamos por años en el colegio puede solucionar algo, nada sirve. Solo podemos sufrir en silencio, o no, porque no importa cuantas veces nos vean arder, ellos no pueden verlo, no quieren verlo.

jueves, 16 de marzo de 2017

No puedo

26.09.16

Es que siento que puedo llegar a explotar de lo mucho que te extraño.
Hace meses que no te miraba directamente y ahora te veo, ahora veo como siempre te idealice. Pero me cuesta tanto ¿sabes? Porque para mí, tenes una luz interior, que la puedo ver solo yo, porque solo yo te conozco.
Te miro y veo como brillas, porque sé como sos, sé que cocinas muy rico, y sé que te gusta bailar en la cocina. Sé cuanto te gusta el café con leche y lo importante que es el desayuno. Conozco cada parte de tu cuerpo, cada uno de tus lunares. Y aunque pase el tiempo, sigo recordando el suave tacto de tus manos y tu carita cuando dormías.
No puedo verte sin extrañarte, no sé si tanto a vos como todo lo que pasamos juntos.
Extraño mucho dormirme mirando tu mensaje y despertarme con tu buen día; extraño pasar toda la tarde juntos, tirados en la plaza besándonos y hablando de la vida; o merendando en casa, mirando una película en tu living o durmiendo la siesta. Extraño las noches cuando nos quedábamos despiertos hasta las cinco de la mañana. Extraño tenerte como mi compañero todos los días.
Como detesto sentirme así, no hay nada que odie más que amarte de la manera en que lo hago.
Porque pasó el tiempo y pasó la vida, la mía y la tuya. Lo sé, lo acepto porque es parte de crecer. Porque nada es para siempre, yo lo tuve bien en claro dese un principio.
Pero te miro, por dos segundos cruzo tu mirada; y sigo enloquecidamente enamorada de vos. Lo que daría por unas horitas más al lado tuyo, solo para recordarme lo que era tener un hogar.
Que doloroso es verte caminando de la mano de ella, que doloroso es sentirte de la manera en que lo hago. A penas puedo creer como cambiaste, lo ridículo que es todo ahora. Cuando no nos hablamos, cuando no podemos mantener la mirada ni por un segundo después de tener una finita vida juntos.
A veces tengo esta patética idea de que todo es un mal chiste y que en cualquier momento me puedo despertar y tenerte al lado mio otra vez.
Soy tan ridícula.
A veces, cuando nos miramos directamente a los ojos por unos nanosegundos, siento que me estas dando una señal para que me despierte, para que me de cuenta de que todo es una mentira y podemos seguir amándonos.
Pero es mucho más simple. Vos ya no me amas, entonces no pertenezco a tu vida.
Y vos tampoco perteneces a la mía, solo me cuesta infinidades asumirlo.
No puedo dejar de extrañarte, literalmente no puedo.

Pasión

Para seguir explayándome sobre mis obsesiones sin sentido.
Tengo que admitir que soy una adicta a las letras.
Es extraño, algunos podrán decir que soy solo otra amante de la literatura pero va mucho más allá de eso. Escribo cuando no hay nada que decir, escribo cosas ya escritas y escribo sobre lo escrito.
Es esta locura de observar como la tinta se despliega de la punta de la pluma para marcar por siempre un papel. Es esa satisfacción de los garabatos expresándose por sí solos y armando palabras, oraciones, historias y emociones.
Es simplemente el placer de escribir sobre todo lo que pasa por mi cabeza porque solo me gusta dejar constancia de las cosas. Disfruto ver lo que escribía hace años atrás y leer lo que acabo de terminar.  Me gusta leer porque me gustan las palabras, me divierte.
Quiero aprender muchas más palabras, quiero utilizar palabras raras que la gente incluya en su vocabulario. Quiero saber otros idiomas.
Quiero expresarme de todas las maneras posibles.
Quiero escribir todo lo que me este permitido y mucho más. No pretendo que nadie lo lea. No pretendo ser elogiada ni odiada por esto. Solo disfruto plasmar abstractas ideas de mi cerebro en una ordenada fila de formas en una hoja en blanco.
No quiero muchos colores, no quiero diferentes tamaños. No me importa la prolijidad tampoco. Solo me gusta mucho escribir, me gusta mucho leer, y también escuchar.

Disfruto de ver estas ordinarias acciones como hechos extraordinarios. Amo la magia de las palabras y los sonidos.

Veintiocho de Mayo de 2015

viernes, 24 de febrero de 2017

Vos

Sos el castigo a mi pecado por el resto de la vida.
Te amo tanto como me doles, iguales en escala. Me doles, exactamente por eso, porque te amo.
Sufro con vos, mi amor. Sufro cuando te veo y mucho más sufro cuando no sé dónde estás.
Es como si te llevaras la mejor parte de mi desastre; y me dejas sola, ahogándome en tu desesperación. Pero vos te quedas en tu mundo, encerrado en tu burbuja de indiferencia.
A veces, cuando estoy triste, pienso que difícil es ser vos, lleno de sentimientos que apagar y fuego quemándote el alma, la escencia. Otras veces, cuando me enojo, me imagino lo fácil que se te hace llenarte de porquerías para dejar de ser humano, para escaparte de vos mismo, y de mí.
Quiero que nos abracemos, y que en ese momento, estemos juntos. Unidos en cuerpo, en corazón y en mente. Que me puedas sentir completamente, sin barreras; porque estoy tan cansada de tener que saltar mil obstáculos para llegar a vos. No me malinterpretes,  te vuelvo a elegir y voy a superar todo lo que se me interponga mientras seas mi meta final. Pero amor, estoy perdiendo demasiados pedazos en el camino, cada vez se me complica más; y vos no te acercas, ni siquiera un poquito.
Desde el primer día, hasta el último, te prometo que voy a intentar salvarte; aunque ni siquiera sé si estoy viva (Quizás si, solo por vos.)
Sos el dios que yo elegí, el del infierno. El mismo que me esta desintegrando, el mismo que me va a matar.
Tenes todo de mí, solo te pido aire puro, poder respirar, que tu oxígeno deje de ser tan tóxico; porque cada vez me cuesta más exhalarlo y sacarlo de mi sistema.
No me dejes arder; pero mucho menos, dejes que ellos apaguen tu luz. Mi sol, solo vos podes brillar de esa manera, nadie más logra deslumbrar(me) así.
Te amo cada segundo, con estás lágrimas y con este nudo en la garganta. Te amo así, mi ángel. Y no me arrepiento de nada.




sábado, 18 de febrero de 2017

ojala pudiera ayudarte bebé, te doy mi corazón, te doy mi oxígeno, mi vida, todo; para que te puedas reconstruir, para que seas eterno. ni siquiera puedo explicar la locura que se siente al amarte, es tan contradictorio. duele tanto pero es lo único que me hace bien. es desesperante, quiero curarte; poder salvarte como lo hiciste conmigo. me liberaste de cada uno de mis demonios, hasta de los que yo no conocía.

Él; 23.02.2016

Te miro dormir, de Magalí Tajes


Te miro dormir y siento que sos la persona más linda del mundo. Porque de todas las millones de personas que están existiendo, vos, sos la que me moviliza.
Y en este momento ¿sabes? ahora, digo; sigue habiendo enfermedades, guerra, muerte, balas, policías reprimiendo, pibes robando, pibas secuestradas y millones de personas infelices asfixiadas en una vida que las va a matar de angustia, si no es que no las mata antes, las pastillas que consumen para tapar esa angustia.
Sigue habiendo corrupción, pedofilia, homofobia, sigue habiendo todo, pero te miro dormir y me olvido. Por un rato, el mundo se vuelve un lugar habitable.
Para ser honesta, hermoso, hasta pienso que quizás tu expresión fastidiada al dormir no sea producto de mi insistencia con tocarte el pelo, sino la manera inconsciente que tenes de estar en desacuerdo con lo horrible del mundo.
Y sonrío triste; me pregunto cómo haces vos,cómo haces vos para olvidarte un rato de todo cuando no tenes la suerte; la increíble suerte de verte durmiendo.


Que mágica esta mujer que es, para ser y para expresarse. 

Descubrimientos en el año 2015

Recientemente me di cuenta de que soy, de hecho, una adicta a los sentimientos. A sentir, para ser más exacta.
Lo que, para ser sincera, complica mucho mi vida ya que toda mi existencia es una ordinaria rutina de aburrimiento.
Más allá de que otra de mis más grandes adicciones sean las letras, supongo que esa es la razón escondida de por qué disfruto tanto de la literatura, la cinematografía y toda la ficción en la que me veo diariamente envuelta.
Soy una consumista de emociones. Una obsesión psicológica tan grande que me afecta físicamente también, algo tan normal como una risa o una lágrima, algo tan trágico como un aumento de pulso en todo mi organismo. Es esa ‘piel de gallina’ durante una canción, y es ese ridículo bienestar personal cuando escucho su voz.
Para una simple adolescente con una vida terriblemente predecible es un problema bastante grave; ya que se podría decir que todo lo que me mantiene funcional la mayor parte del tiempo es mi imaginación.
Mi reciente descubrimiento explica mucho de mi persona, déjenme decirles.
El fuerte dolor de pecho que siento cada vez que me siento levemente atacada o afectada por algo, como si un mundo empezara o terminara a partir de eso, como si a alguien le perjudicara al igual que a mí. Es agresivo y exagerado, y permítanme confesarles que es agotadoramente asfixiante.
Esa abrumadora felicidad que siento por pequeñas cosas que no modifican mi existencia bajo ningún concepto, esa fortuna de la que robo un pequeño trozo para saciarme en ella, no es mía, no es de mi incumbencia, pero la disfruto descomunalmente como si de mi vida se tratara.
Ese amor incondicional que despierta cada una de mis células, las hace bailar, las hace sonreír. Ese cariño inimaginable hacia una cosa o una persona que existe solo en mi cabeza, porque somos realidades tan distantes que no parecemos del mismo mundo. Esa adoración indescriptible hacia todo o hacia la nada misma, pero más real que mí propio universo.
Y ese odio que pareciera que corre por mis venas, que me llena de una forma aterradora. Que a veces me domina. Ese enojo extremo al que le tengo miedo, pero sé que le pertenezco en muchas formas, ya que algunas veces soy su esclava. Ese rencor que viene sujeto de una indignación que no hace más que ahogarme. Esa incomprensión terrible que me vuelve irracional.
Polos tan separados e intocables. Todo o nada, no hay intermedios.
Mi cerebro hace sentir a mi cuerpo como toda esa ficción con la que llene mi cabeza. Y ahora soy una víctima en mi cuerpo. Que no puede hacer más que resignarse a vivir intensamente una subsistencia vacía y llena de dudas.

Todo es mi culpa, me amo y me odio por ello. Me hace increíblemente feliz e intolerablemente triste.



ESCRITO EL 25 DE MAYO DEL DOS MIL QUINCE.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Karmelo C. Iribarren



Nadie

Podrían llamarme oscuridad, porque en eso me había convertido.
"Dime con quién andas y te diré quién eres" decía el refrán, entonces yo no era nadie; o era silencio, era soledad, era vacío.
Perdí la cuenta de los días que llevo dentro de ésta prisión. Tenía una pequeña ventana que me revelaba nada más que árboles, algunas veces, si tenía mucha suerte; sentía unas pequeñas gotas de lluvia que llegaban a través de la pequeña abertura de mi celda, éstas humedecían mi cara y me recordaban que seguía viva, que todavía pertenecía a ésta realidad.
A veces me murmuraba a mí misma para no olvidarme cómo sonaba la voz humana, y otras veces, mi mente se sumía en un intenso silencio que comenzaba a olvidar las palabras o los nombres de las cosas.
Me preguntaba si las personas podrían morir ahogados en su propio vacío, si la gente que estaban rodeada de nadie se podría convertir en eso, en la nada.
Y así fue, dentro de mi celda fui nadie por años, hasta que olvide cómo respirar.
Hasta que olvidé cómo ser un humano.

Escrito a principios del año dos mil catorce.
Inspirado en el texto "Celebración de la voz humana/2" de el señor Eduardo Galeano.


Pesadillas. Inspirado en Julio Cortázar

¿Existe peor pesadilla que la realidad?
No recuerdo cómo comenzó todo, sólo sé que me dormía observándola para soñar con ella.
Funcionaba sí, soñaba que caminábamos de la mano por un parque o que íbamos a nadar a la playa; entonces, cuando despertaba, decidía llevarla al parque y a la playa.
Pero de repente, sólo podía ver cómo se la llevaban dentro de una enorme camioneta negra, y yo corría para salvarla, pero no avanzaba, no podía ayudarla.
Y mientras la distancia entre el vehículo y mi cuerpo aumentaba, poco a poco, mis inútiles esfuerzos por moverme me consumían, me desintegraba hasta que despertaba.
Entonces decidí dejar de observarla al acostarme, pero la pesadilla seguía ahí.
Hacia setenta y dos horas que no dormía, ella me regañaba por eso, pero yo sentía toda mi realidad en un segundo plano a causa de mi falta de sueño.
Eventualmente ese día llego; el día que la llevaron, yo no tenía la suficiente energía para seguir a la camioneta, nunca tuve la suficiente fuerza para alcanzarla.
Todo lo que hago desde ese día es dormir, para soñar, duermo para estar con ella nuevamente y duermo para soñar que despierto a contarle mis sueños.
Toda mi realidad está en segundo plano ahora.

Cuento original de Cortázar

martes, 14 de febrero de 2017

La fundación del nuevo mundo

Mi secuela secreta y personal de Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.


El clima era fresco, pero tranquilo, como el vecindario entero en este momento.
No vamos a lograr poner a todos de acuerdo a aceptar los libros nuevamente; como nunca nadie va a poder hacer que todo el mundo acepte o rechace algo por completo; porque somos humanos, tenemos corazones y cerebros distintos, siempre van a existir personas a las que el sistema no le va a parecer justo, las hubo antes, como nosotros, y las va a haber ahora, como ellos. Y es correcto, porque así como el bien no puede existir sin un mal, una sociedad no puede avanzar si todos piensan igual.
Tuvimos que empezar de cero, hacerlo todo de nuevo, como si de hecho, nunca hubiera existido.
Enseñar a leer, a escribir. Enseñar a comprender, y solo esperar a que finalmente lo entiendan.
Fue difícil.
Los cambios no son fáciles, porque son inciertos. La humanidad odia la incertidumbre ¿por qué creen que existen tantos historiadores y arqueólogos? Los humanos tenemos esa necesidad de siempre saber todo, encontrarle una lógica. Cuando nuestra realidad se modifica, solo tenemos miedo, porque nos encontramos parados en medio de lo desconocido.
Pusimos a funcionar nuevamente los audio-libro. Porque los jóvenes del presente solo ven muchas palabras en distintas hojas, todas tan inmóviles e indiferentes a sus temores; sin embargo, si escuchan todo lo que estas oraciones trasmiten cuando están juntas, es más comprensible, más interesante, más significante. [..]
Es inútil pensar en "que hubiera pasado", porque los hechos están demasiado ocupados siendo ciertos para sentirse afectados por mis pensamientos. El presente es todo lo que tenemos, y para construir en este planeta tan desbordado como este, no nos queda otra opción que primero destruir; no se puede crear algo sobre otro algo, es todo demasiado inestable. 

lunes, 13 de febrero de 2017

A veces puedo escuchar mis huesos esforzándose bajo el peso de todas las vidas que no estoy viviendo.

-Jonathan Safan.

Adaptarme al teclado

Haga lo que haga, soy partidaria del lápiz y el papel siempre.
Cuando presiono ciertas teclas, para intentar representar lo que pienso con palabras en una pantalla. Me siento bastante irreal, como si mi personalidad se perdiera entre los cables, las conexiones y las redes. Como si después de publicar esto, comenzara a formar parte de una sociedad anónima que vive a través del teclado.
Por otro lado, el Internet es magia, es comunicación y también apoyo todo lo que nos une.
Mi vida es un constataste blanco y negro, vivo de extremos y exageraciones.
Sigo escribiendo en cuadernos, porque reconozco como mi droga personal el sentimiento que me produce verme saliendo en modo de tinta de una lapicera y marcar por siempre un papel en blanco. Pero voy a animarme, una vez más, a salir de mi zona de confort. Para variar, porque sí. Porque así me siento hoy; vamos a ver cuánto dura.